Aquella mujer dejó crecer
sus uñas
haciendo uso,
por primera vez,
de la infinita paciencia.
Y aquel día en que la paciencia parió,
se miró sus diez largos espacios blancos,
desde la orilla de sus dedos hasta el infinito
y sonrió.
Entonces, colocando
los diez filos sobre su pecho,
apretó
hacia adentro, y luego
hacia abajo,
hasta que sus manos fueron
sobre todo
rojas.
Imagen
Vaya, agradecido con este día que me ha entregado tan buenos autores que leer, hermoso post, mínimo pero contundente, imágenes que mueven el piso de los sentido. Felicitaciones y Saludos.
Muchas gracias, @rdsmas. ¡Saludos!
Wow! Qué fuerte y hermoso.
Muchas gracias, amiga. ¡Saludos!