En la anterior publicación podremos leer la primera parte de este cuento de "La Salud de los enfermos" de Julio Cortázar (https://steemit.com/spanish/@gracikuper/la-salud-de-los-enfermos-de-julio-cortazar-adaptacion-graciela-kueper). Adaptación que realicé a partir de un trabajo académico que realicé en la universidad UNEARTE.
Continuación:
María Luisa abre el sobre de la carta de Alejandro, pero se da cuenta que no
es la carta, sino las respuesta de los exámenes de Tía Clelia, Carlos había
colocado el examen en el sobre equivocado.
Mamá: ¿Qué pasa? ¿Por qué no comienzas a leer?
(María Luisa consternada leyendo el examen de Tía Clelia no sabe que decir).
María Luisa: Nada mamá, estoy leyendo que está muy bien, al parecer tiene
un nuevo trabajo.
Mamá: Ah que bueno, mi hijo siempre mandando buenas noticias, me hace
tan feliz, a pesar de las desgracias.
María Luisa: Si, a ¿Qué desgracia se refiere?
Mamá: La desgracia de las mentiras, sé que pasan cosas. Hay quien me oculta
algo muy feo
María Luisa: ¿Usted Cree mamá?, yo no creo que alguien le esté ocultando
algo.
Mamá: Ya es muy tarde.
María Luisa: ¿Para qué?
Mamá: Para decirme lo que ya sé.
María Luisa: No sé de qué habla, yo nunca le he ocultado nada.
Mamá: No hablo de de ti. Hablo de los demás. ¿Qué más mando a decir
Alejandro?
María Luisa: Dice que la extraña mucho, que espera poder verla pronto.
Mamá: Y pronto lo veré.
María Luisa: Y ¿Por qué lo dice con tanta seguridad?
Mamá: Porque le escribí una carta pidiéndole el favor que venga.
María Luisa: Y ¿Para qué va a venir Alejandro?
Mamá: Su familia lo necesita. ¿Acaso no te alegra que Alejandro venga?
María Luisa: Si claro, esperemos que sí pueda venir.
Mamá: Yo también lo espero.
Carlos: Madre aquí te traigo el agua, bebe un poco.
Mamá: Gracias hijo.
María Luisa: (se acerca a Carlos, y en voz baja) ¿Carlos será que podemos
Hablar?
Carlos: Si claro, salgamos a la sala.
María Luisa: Con permiso, me despido por hoy mamá. Nos vemos mañana
Mamá: Dios te bendiga siempre hija mía.
María Luisa: Amén.
Carlos: Ya vengo mamá, acompañaré a Laura a la Puerta.
Mamá: Ve, alcánzala.
Escena VII
Carlos: Qué sucede, de qué quieres que hablemos.
María Luisa: De la carta
Carlos: ¿Qué carta?
María Luisa: No era una carta, era unos exámenes positivos de cáncer de Tía
Clelia.
Carlos: ¿Qué? ¿Cómo te enteraste?
María Luisa: (Angustiada) Carlos necesito que me digan la verdad, cuántas
más cosas debemos ocultarle a mamá, esta familia se ha convertido en una
farsa tras otra.
Carlos: María por favor tranquilízate, mamá ya lo sabe.
María Luisa: ¿Cómo que lo sabe?, ¿Quién oculta la verdad a quién?, No
entiendo.
Carlos: Yo me enteré de su enfermedad sin querer, iba a leer la carta de
Alejandro y abrí el sobre equivocado.
María Luisa: Claro y colocaste los exámenes en el sobre equivocado, en la
carta de Alejandro, yo iba a leer la carta y no sabía cómo reaccionar.
Carlos: ¡Que cagada he hecho!.
María Luisa: No entiendo a qué va todo esto, todos estamos muriendo en
esta casa, Alejandro fallece repentinamente, Mamá ya no le queda casi vida,
Tía Clelia ahora enferma, yo muero de tristeza todos los días, ya ni sé cómo
venir a leer las cartas, Tío Roque se hace la vista gorda y tú eres un cobarde,
algo tenemos que hacer.
Carlos: Ya no hay nada que hacer, a mamá le haría mucho daño que se
enterara que le ocultamos la verdad.
María Luisa: ¿Cuál verdad? Si todo es una mentira, Un año ocultando una
muerte. ¿Dónde está tía Clelia?, tengo que hablar con ella.
Carlos: Creo que salió a la mercería.
Entra Tío Roque desesperado, angustiado.
Tío Roque: Tía Clelia se ha caído
Carlos: ¿Cómo que se cayó?
Tío Roque: Empezó con un dolor muy fuerte, yo iba llegando a casa, la vi
cruzar la avenida, y vi como cayó al piso, fue horrible.
María Luisa: ¿Dónde está?
Tío Roque: Está en la clínica, Pepa y Rosa me ayudaron a llevarla, vine a casa
a buscar algo de ropa, Tía Clelia no está estable.
Carlos: ¿Qué le vamos a decir a mamá?
Tío Roque: Nada, que Tía Clelia tiene una Jaqueca muy fuerte.
María Luisa: Jaqueca tengo yo de la desesperación.
Carlos: No te angusties María Luisa, mamá no se da cuenta de nada.
María Luisa: ¿Tú crees que una madre no se va a dar cuenta que su Hijo no
regresa?, ¿Que su Hermana no está enferma? ¿Tú crees que nuestra mirada
de tristeza no le dice todo lo que está pasando.
Tío Roque: Bueno sin sentimentalismo, necesitamos pensar en frío y llevar
todo tranquilamente sin que mamá se dé cuenta.
María Luisa: Frío es usted. Yo no seguiré en esta farsa
Carlos: María por favor entiende que todo lo hacemos por la salud de mamá
y ahora de tía Clelia.
María Luisa: ¿Cuál salud? si todos estamos enfermos, no quiero contribuir
con esta mitomanía, Mamá lo sabrá todo, más temprano que tarde.
Tío Roque: Necesito que le lleven esta ropa a Tía Clelia, yo hablare con mamá
María Luisa: Yo se la llevo, necesito salir de aquí.
María Luisa agarra la bolsa con la ropa y sale de la casa.
VIII
Entra al cuarto de Mamá, se posa la ventana, viendo el paisaje.
Tío Roque: Hermana, necesito que hablemos.
Desde hace unos días no he querido ni siquiera verte a la cara, es muy difícil
la situación, Alejandro en Brasil, mi trabajo cada vez está exigiéndome más,
ya debería jubilarme. Clelia ha estado un poco enferma, una gripe muy
fuerte, hoy ha estado con mucha jaqueca. María Luisa ya está Rehaciendo su
vida, es una muchacha tan joven y llena de vida, la pobre se ha vuelto a
ilusionar, que bonita es la juventud. Carlos siempre tan pendientes de todos,
él tiene miedo de perderte, pronto termina su postgrado, tienes que estar
con él en su graduación. Tú siempre has sido como la madre de todos,
apoyándonos en todo, con las palabras más alentadoras y más duras, pero
siempre con la razón de la mente y el corazón. Yo Parado aquí, viendo la luz
del Sol, como las aves libres vuelan sin cesar, quisiera estar ahí volando, libre
de toda esta historia que nos ha llevado a una fatal mentira.
Tío Roque se da vuelta y se da cuenta que su hermana tiene los ojos
cerrados, y cree que está dormida.
Tío Roque: Y cuando vengo a decirte toda la verdad te encuentras dormida,
¿Mamá estás dormida?
Entra en angustia y desesperación, dándose cuenta que su hermana ha
fallecido silenciosamente.
Suena el teléfono, Tío Roque contesta
Tío Roque y María Laura: Ha fallecido.
María Luisa: ¿Cómo sabes que tía Clelia Falleció?
Tío Roque: (Se sienta en un sillón de tiro) No me refería a Tía Clelia, Me
refería a mamá
María Luisa: ¿Qué?
Tío Roque: y ahora ¿Qué vamos hacer?
María Luisa: Vivir, ser libres.
Tío Roque: le estaba diciendo toda la verdad a mamá y de pronto la vi
dormida, tan quieta, tan tranquila, pensé que estaba descansando, pero
había fallecido ya, nunca pude decirle la verdad. Lo peor de todo es que he
estado pensando en cómo habría que darle a Alejandro la noticia de la
muerte de su tía y de su madre.