Todos queremos más empleos, mejores condiciones y también por supuesto ¡Salarios más altos!
Para los políticos prometer mejores salarios siempre es una vía para ganar votos, pero ¿se pueden subir los salarios por decreto? ¿Funcionan así las cosas?
¿Es el salario mínimo una política recomendable?, y ¿cómo puede esto mejorar o no la vida de las personas?
Hablemos de este tema.
Podemos decir claramente que solo es una ley que decreta la prohibición de trabajar por debajo de una determinada remuneración, la ley no obliga subir los sueldos de las personas, y el empresario puede optar por despedir al trabajador antes de pagarle un mayor sueldo.
Podemos decirlo de la siguiente forma, si la aportación mensual del trabajador a la empresa es menor al salario mínimo establecido por los políticos, el empresario optará por despedir a sus trabajadores para lograr el nivel de ingreso adecuado a su empresa.
Este es precisamente el problema de las leyes de salario mínimo, en vez de contribuir en ayudar a los sectores más débiles de la sociedad, este puede terminar condenando a esos sectores al peor escenario, que es el desempleo.
Si es cierto que para muchos esta es una conquista social, en la cual los trabajadores cobren un sueldo regulado mayor al que pueden obtener en competencias de libre mercado (economía informal), sin embargo al aplicar estas políticas el resultado es bastante diferente al esperado.
Pensemos en los trabajadores autónomos, supongamos que el gobierno estableciera una meta de ingreso mínima mensual para poder trabajar, es decir, que obligaran a los autónomos a tener un ingreso de $1000 al mes, si no obtienen este ingreso mínimo al mes, no podrán trabajar, esto no hará que los autónomos cobren más. Solo hará que muchos autónomos se queden sin trabajar.
Por eso, con el salario mínimo ocurre algo muy parecido, por eso debemos tener muy claro que en la política, una cosa es lo que se desea o lo que se pretende lograr supuestamente con las leyes, y otra muy distinta es la ciencia económica y la evidencia empírica que se desprende de esa ciencia económica.
Esto es algo relativamente fácil de entender, si el trabajo se encarece mediante la ley, aún si hay desempleo, se está favoreciendo la sustitución de la mano de obra humana por máquinas, y también se impide que muchos proyectos empresariales lleguen a arrancar debido a los costos.
Por lo tanto, un mayor salario mínimo, lleva a las empresas a no contratar a la cantidad de personal necesaria como se debería contratar, porque están colocando máquinas para sustituir esa mano de obra.
Otro posible efecto, es que aunque los empresarios no despidan a los trabajadores, debido al alto coste laborar que provoca el salario mínimo, estos reducen las horas de trabajo, y aunque no hay un menor volumen de empleo, estas personas que supuestamente se benefician de un salario mínimo, ven reducido el número de horas que trabajan, y como consecuencia, se puede ver que los ingresos a final de mes sean inferiores que los que obtenían antes de subir el salario mínimo.
Esto afecta directamente a las pequeñas empresas, un aumento de sueldo mínimo supone un sobrecoste anual para esta empresa y puede llevar a realizar despidos a algunos de sus empleados.
Muchos trabajadores tienen el temor de que sin un salario mínimo fijado por la ley, estos tendrían salarios miserables y los llevarían a la pobreza, sin embargo estos temores son infundados y muy distintos a la realidad.
En Estados Unidos por ejemplo, los salarios reales teniendo en cuenta la inflación, se cuadruplicaron entre 1820 y 1912, a pesar de que su población se multiplicó por 10, y hay que tener en cuenta que durante ese periodo no existía una ley de salario mínimo.
Por lo tanto el salario se multiplicó por 4 sin tener una ley de salario mínimo.
A su vez al día de hoy en Singapur o en Suiza, carecen de un salario mínimo, pero disfrutan de pleno empleo y de un salario medio muy superior al de España, y todo eso sin necesidad de tener un salario mínimo establecido.
Si algo ha quedado muy claro con la experiencia es que los salarios mínimos perjudican a los más pobres, a los que estas leyes deberían proteger y beneficiar, debido a que son estos los que más riesgos tienen de perder sus empleos y porque estas políticas reducen su poder adquisitivo.
Para comenzar debemos tener claro que los políticos no pueden subir de manera generalizada los salarios de la población.
Los salarios suben generalizadamente favoreciendo la creación de empresas, la inversión privada, o la contratación de nuevos trabajadores.
Es de esta forma, con la creación de empresas, con más inversión, con mayores facilidades a la contratación, como se generan más empleos. Y cuando hay más empleos, esto hará que los salarios suban sin la necesidad de un salario mínimo establecido por la ley.
Es decir, cuando hay más empleos y pocos trabajadores disponibles para cubrir esta demanda, los salarios tienden a subir, es la ley de la oferta y la demanda.
Gracias por leerme, Si te sirvió de utilidad mi artículo te pido que me ayudes votando.
ok tendré que buscar trabajo XD y espero que no llegue tarde y me lo robe un robot >:v