Casa blanca. Cuyos ornamentos están forjados en oro, pisos de madera, cálida y fuerte como el abrazo de la abuela, quien recuerda a su nieto con amor, que la gracia es el espejo donde el justo se ve reflejado. El fragante aroma de las rosas me recuerda la belleza de la Ley. Hermosa es la casa que se construye con la Justicia sobre los perfectos cimientos de la Misericordia. - Gustavo Linarez