Desde el anonimato todos podemos ser más sinceros, quitarnos la careta del "¿que podría pasar?" ¿que van a decir los demás ?. y dejar a flor de piel todos nuestros desvaríos, pensamientos íntimos, cólera, rabia, y sin hablar mucho más, podemos liberar a la bestia, sin temor a ser juzgados.
Creo que esa seria una importante razón por lo cual internet tiene tanto éxito, plataformas tan viejas como Habbo, usaban esta pseudo Anonimidad para que las personas fueran lo que quisieran, los juegos del rol, salas de chat, hasta llegar a las redes sociales, donde se producen fenómenos como el catfish o robos de identidad.
Todos ellos acompañados de un aire de impunidad un tanto liberador, Como que si no hubiera filtros políticamente correctos, ni cánones actitudinales, mucho menos dogmas religiosos, aquella anonimidad nos da algo que muy pocas veces logramos saborear en la vida...Libertad, o algún tipo de libertad.
He pensando en las pocas ocasiones que he logrado sentirme así, fuera de internet, y solo recuerdo una vez, tome un taxi desde mi casa hasta el otro lado de la ciudad, iba a visitar a una amiga, como de costumbre una tipica conversacion entre taxista y pasajero, que se alargó mucho mas de lo que hubiera querido, porque de camino encontramos bastante tráfico. En medio de nuestra conversación banal, mi amiga me llama preguntando si iba llegando, "estoy a 2 cuadras respondí". El taxista, añadió justo después de yo colgar el teléfono "mejor no hacer a la novia esperar", yo pensé "bueno, pensara que es mi novia, voy en taxi, con unos chocolates y bien vestido"
Pero mentí, le seguí la corriente he invente una historia, posiblemente yo en algún lugar de mi mente hubiese querido que aquella afirmación fuera cierta, que mi novia preocupada me llamase y yo con chocolates y muy bien vestido estuviera a su encuentro. Le menti al taxista porque lo único que sabía de mi era que yo estaba de camino a visitar a alguien que él supone que es mi novia.
No tenía nada de malo aquella mentira, aquello queda y quedará siempre el taxista y yo, podría decirse que era una mentira blanca, pero yo me sentía seguro diciendo, debido a la protección que me daba el anonimato.
No he pensado en aquello hasta ahora. Desde la anonimidad uno puede pretender ser quien quiera, como quiera y donde quiera, sin tapujos, desvelar su más mentiroso o sincero ser, depende el ojo de quien lo mire.
He llegado a admirar sinceramente aquellas personas que se muestran tal y como son, sin una pantalla o el desconocimiento de por medio, una actitud admirable de aquellos que se muestran con o sin miedo a ser juzgados, aquellos que lo más sagrado que pueden tener, su identidad la muestran como que si de un libro abierto se tratase
Imagenes sacadas de https://pixabay.com
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