Si alguien no te comprende, si alguien te hiere o amarga, procura retribuirle con mayor compresión y con atenciones redobladas.
Conserva la calma y la serenidad en cualquier circunstancia. Cuando te aflije un disgusto, como primera medida, procura moderar tu cuerpo físico: no te pasees de una lado a otro, torciendo las manos, golpeando la mesa.
¡No!
Sientate y trata de estar inmóvil algunos minutos.
Verás cómo conseguirás gran parte de tu serenidad....
Permanece tranquilo, lo mas que puedas y encontraras la solución a tus problemas.