Levantarse temprano por la mañana
¿Quién será amigo, quién será enemigo?
¿Para roer menos pena?
Y el mundo será maldito para siempre.
Mi voz ronca de tenor a barítono.
Y se irá olvidando de Dios.
Cada vez pican en el corazón, como una cobra real.
Completado, y estaré desconsolado.
Si, solo que mi procesador no es tan eficiente como el tuyo.