En la segunda mitad del siglo XIX hubo una importante inmigración de galeses a la Argentina, más precisamente a la Patagonia.
No se discute que los galeses en su país de origen estaban incómodos ya que nadie se va de sus raíces e historia porque sí. Se iban porque buscaban un mejor porvenir para ellos mismos y para sus descendientes. En realidad se iban no por su país sino por la dominación inglesa que ya llevaba varios siglos y afectaba su economía, lengua, costumbres y religión.
No obstante la necesidad imperiosa de emigrar, si alguno supone que esa gente venía desde tan lejos para nacionalizarse y adoptar las costumbres argentinas está equivocado, de hecho en “Crónicas de la colonia galesa de la Patagonia” escritas por Abraham Mathews el autor dice:
“El ideal era conseguir un país deshabitado, que no estuviera bajo ningún gobierno propio, formar y mantener sus costumbres nacionales, y ser un elemento constructivo y no ser asimilados por su país de adopción; un país al cual pudieran emigrar en forma suficientemente numerosa como para echar los cimientos de un futuro galés, para tener congregaciones galesas y conseguir un dominio tan absoluto sobre el territorio como para no desaparecer absorbidos por otros pueblos vecinos”.
Originalmente los galeses eligieron los Estados Unidos de Norteamérica y hacia allí se dirigió la primera migración pero pronto descubrieron que no les sería nada fácil cumplir sus objetivos de tomar un territorio y regirse por sus propias leyes así que comenzaron a buscar otros destinos: Australia, Brasil, Paraguay hasta Palestina; por alguna razón, probablemente el descarte, se quedaron con Argentina, específicamente con la Patagonia.
De más está decir que los galeses no sabían nada de este vasto territorio, quizás alguno haya leído los entusiastas y simpáticos relatos de Fitz Roy y eso fue suficiente como para determinar el inicio de los planes para realizar esa gran aventura.
En 1861 se fundó en Liverpool la Asociación Emigratoria Argentina liderada por Hugo Hughes Cavdan, Lewis Jones y Evan Jones, más tarde se sumó el reverendo Michael D. Jones. Cada uno de ellos comenzó por su cuenta la ferviente tarea de investigar sobre las reales posibilidades de la fundación primero y de la migración después.
En un primer momento se pusieron en contacto con el cónsul argentino en Londres y le preguntaron si la Argentina estaría dispuesta a venderle una porción de su territorio a los galeses, en este punto interviene el ministro del interior del gobierno argentino, Guillermo Rawson quien responde que el gobierno nacional no tendría problemas en donarles un cierto número de leguas de territorio a las familias galesas que emigraran y se establecieran en la Patagonia si la asociación podía asegurar la efectiva colonización de esos territorios, es decir si contaban con los medios económicos y logísticos como para realizar el proyecto.
El cónsul británico en Buenos Aires, Samuel Phibbs propuso crear una segunda comisión compuesta por notables (incluyendo parlamentarios, un barón y varias personalidades de la ciencia y la política) para garantizar la efectiva concreción del proyecto.
https://ipfs.busy.org/ipfs/QmcY7CY3gUQFkiV4EVpJ8XFr7B2ZoMYBaiaRPWWUjfJyBa
Algunos miembros de la comisión original viajaron a Buenos Aires a principios de 1863 y se entrevistaron con Rawson, se pusieron de acuerdo en todos los puntos de la reunión excepto en uno: la pretendida independencia de la colonia en el territorio argentino, lo único que lograron al respecto fue que el ministro se comprometiera a presentar el proyecto ante el Congreso de la Nación para una eventual aprobación.
Mientras los enviados recorrían la zona patagónica para su conocimiento y exploración, el anteproyecto del convenio con los galeses se presentó al congreso pero no prosperó. Cuando la noticia llegó a Gales cundió el desánimo. Sin embargo Rawson encontró un vericueto legal por el que el gobierno podía otorgar tierras fiscales o públicas a los colonos que a título individual decidieran instalarse en cualquier lugar del territorio argentino.
A los galeses este pequeño cambio les pareció correcto y aceptaron. Solo que no habría ayuda económica de ningún tipo, únicamente las tierras. Acudieron entonces al crédito de comercios británicos de Buenos Aires y gracias a esa ayuda económica pudieron fletar una goleta de nombre Juno que enviaron adelantada con ganado, comestibles y diversas herramientas y enseres, todo eso fue descargado en inmediaciones del lugar al que luego darían el nombre de Madryn.
Mientras tanto en el puerto de Liverpool el 25 de mayo de 1865 zarpa con idéntico destino el velero Mimosa con 153 migrantes. Conmovido por el espectáculo uno de los fundadores de la Asociación, Lewis Jones anota en su diario:
“Cientos de personas se congregaron para despedirlos, la hermosa bandera del dragón rojo flameaba en lo alto del mástil principal, mientras los emigrantes cantaban la melodía de Dios Salve a la Reina con letra galesa”.
Si tenemos en cuenta que los galeses se estaban yendo de su país para ser libres del yugo inglés, la acción que motivó el párrafo anterior carece mayormente de sentido, siendo a todas luces contradictorio.
https://ipfs.busy.org/ipfs/QmfJxe3niL8FHTfx1jM5Jx1TB7uLLivcoAwMYQwJP3oGge
Héctor Gugliermo
👉UPVOTE
👉COMMENT
👉FOLLOW
👉REESTEM
Interesante historia , por supuesto que no la conocía , gracias por compartirla.
Gracias. Esta historia continuará.....
¡Felicitaciones!
Estas participando para optar a la mención especial, que se efectuará el 05 de Agosto del 2018 a las 8:00 pm (hora de Venezuela); donde el autor del artículo seleccionado recibirá la cantidad de 1 SBD transferidos a su cuenta.
Apoya al trail de entropía y así podrás ganar recompensas de curación de forma automática, entra aquí para más información sobre nuestro TRAIL.
Puedes consultar el reporte diario de curación visitando @entropia
Atentamente
El equipo de curación del PROYECTO ENTROPÍA
@Hosgug gracias otra vez tus historias que grandes e inspiradoras . la vista de puerto Madrin bellisima.