Concurso de Fotografía Cervantes: 9ª Entrega

Quien me conoce o ha echado un vistazo a varias de mis fotografías sabe que adoro pasar tiempo inmortalizando a los animales. No se por qué disfruto tanto observándolos. En definitiva no soy su mejor amiga pero encuentro realmente satisfactorio contemplarlos en su hábitat, hasta el punto de que podría pasar horas en eso.

Para esta entrega me tomó tiempo pensar qué compartir con ustedes y me di cuenta que, como amo tanto las fotos de animales, ya las había publicado todas en mis otras redes sociales. Así que decidí renovar mis archivos y fui a parar al Parque Miranda o Parque del Este en Caracas, Venezuela.

A pesar que es una lástima que no hayan tantos especímenes como antes, me encontré con algunos animalitos de lo más simpáticos. No obstante, los que terminaron por embelesarme fueron las ardeidas (comúnmente conocidas como garzas).

¡Y vaya que me dieron trabajo!

Parecían exclusivas. Como si estuvieran en el VIP del Parque, se desplazaban elegantes entre árboles y plantas altas que añadían aún mas gracia a estas hermosas aves. Sus plumas al sol eran lo más blanco que había visto.

Luchaba para que mi pobre lente capturara la finura que derrochaban y fracasé varias veces en el intento por la lejanía. Decidí rendirme e ir en búsqueda de otro animal a quien fotografiar y como por cosa del destino mientras caminaba encontré a una de las garzas mas pequeñas muy cerca de la rejilla que la separaba de mi.

Como si el suelo fuera de cristal me aproximé a ella y rogué porque mi presencia no fuera lo suficientemente incómoda para que decidiera volar hacia donde se encontraban sus amigas y ¡voilà! lo conseguí:

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