No recuerdo cuándo fue que me obsesioné con saludar en mis fotos. Es como una norma, un sello, una forma de decir "aquí estoy". Lo cierto es que dejo una huella, reafirmo la existencia, mi existencia al momento de hacer el clic.
El ser humano, consciente de su existencia y relevancia, busca contemplarse reinterpretándo su propia imagen.
Por ello quizás solo poner mi mano (o la sombra de mi mano, o quizás mi cuerpo completo como sombra) sea esa interpretación de mi misma, como alguien que está pero que puede ser cualquiera.
Todas las fotografías de este post son de mi autoría. @inedido
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