¿Sabes? Hay días en que me gana la desesperanza, y me pongo a llorar por todas las cosas malas que están ocurriendo. En esos días es muy difícil ver "luz al final del túnel", es muy difícil creer que los cambios positivos son posibles porque ves todo negro. Al siguiente día vuelves a respirar, recuperas un poco la tranquilidad y la esperanza enfocándote en seguir adelante. Comento esto porque esos momentos en los que recuperas la esperanza se parecen mucho a lo que vi en tu texto, no sólo narras una realidad muy triste sino que plasmas tu propia lucha, tus sueños y tus esperanzas, y eso no pasa desapercibido. Sinceramente te agradezco compartir esta experiencia, compartir la forma en cómo ves el mundo, porque definitivamente ayuda a seguir creyendo. A seguir creyendo en que muchos siguen haciendo cosas buenas en silencio, y eso incentiva a seguir esforzándose para seguir poniendo el granito de arena que nos corresponde a cada uno. Muchas gracias, y por favor sigue haciendo lo que haces, estoy absolutamente segura de que esas personas te agradecen tus esfuerzos, y los perritos también. Muchos saludos.
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Hola, recibe un cordial saludo y un abrazo en la distancia. Hay días de optimismo y días de desesperanza, pero siempre depende de uno qué hacer con esta última. Puedes estar segura que hay mucha gente haciendo pequeñas grandes cosas en silencio (y estoy segura que eres una de ellas), lo malo es que las cosas malas causan más ruido, pero no por ello hay que quedarse con la impresión que son mayoría, hay que poner el foco en lo importante porque juntos hacemos más desde nuestro metro cuadrado. Caerse de vez en cuando es inevitable, pero levantarse es obligatorio. Ánimo y a vivir cada día, paso a paso, sin prisa pero sin pausas. Saludos.