Soy una esquirla.
Ya no puedo ver el reloj.
Soy un fragmento.
Quebrado.
El espejo roto y silencioso me mira sin decir palabra, su silencio fragmenta, quiebra mi piel. Absorbe la luz. No veo el reloj, veo lo que hay tras él. Y temo por mí, temo por mis miedos. El mundo desnudo sin el tiempo, quebrado fuera del orden, amenaza con arrebatar mis miedos, con dejarme al descubierto ante la inmensidad.
Temo, porque detrás del reloj solo hay vacío inasible.
Temo, porque en el espejo quebrado se refleja una totalidad que me desmenuzaría.
Temo, porque soy esquirla del tiempo muerto.
me gusta tu escrito, saldos y exitos ;)
Gracias<3
Tal vez el quebrar el espejo sea la entrada a un nuevo escenario con muchas cosas que experimentar. Sencillamente precioso. Saludos.
Y quizás sea mejor vernos desde adentro, olvidarnos de los espejos. Un abrazo, D.<3
Cuando algo se quiebra especialmente un cristal jamas volvera a ser lo mismo y siempre quedara una cicatriz en ello.
Así es amigo, pero la cicatriz siempre es algo bueno, significa que lo malo ya pasó, ya curó.