Sin duda alguna la crisis nos obliga a reinventarnos para no perecer. Algunas de estas practicas trascienden a las escuelas y empiezan a aplicarse en algunas empresas. Una práctiva que empieza a volverse recurrente es la flexibilización de horarios paraque los empleados también tengan tiempo de ir a peregrinar para comprar los productos básicos que encabezan la lista de los "desaparecidos"...
Resilencia y resistencia, es lo que nos queda, y aunque dicen que Dios aprieta pero no ahoga ya hay quienes sienten que se van quedando sin aire, ojalá el cambio de paisaje sea para la vida...
Y que miedo da pensar qué pasará cuándo ni siquiera este tipo de prácticas ayuden en algo. De hecho, por ahora ayudan muy poco.