Hola comunidad de Steemit! Para mi primer post formal, saliendo de lo que es la presentación de uno mismo en la red, decidí enfocarme específicamente en la rama de mi profesión que me ha tocado ejercer en esta primera etapa como profesional. Desde que egresé de la universidad (hace ya 6 años) y hasta ahora, he “cargado con la cruz” de ejercer la producción del adiestramiento en el capital humano. Hago esta referencia, ya que la mayoría de las personas (para no decir todas), visualizan el hecho de capacitarse como un gasto innecesario, ¡que flojera ir a clases, si ya yo estudié!, “soy más productivo en mi puesto de trabajo”, y un sinfín de excusas que me llevan a hacer una de las preguntas que se me ocurren al escribir el título del artículo: ¿por qué no se considera el adiestramiento de personal una inversión?
Primero que todo, definamos etimológicamente ambos términos:
• Adiestramiento, preparación con el propósito de mejorar el rendimiento físico o intelectual.
• Inversión es un término económico, con acepciones de índole de gestión empresarial, o finanzas. El vocablo inversión conceptualiza la idea de usar recursos con el propósito de desarrollar algún beneficio, siendo éste en cualquier sentido (económico, político, social, satisfacción personal, entre otros).
Utilizar recursos con el objeto de alcanzar algún beneficio... Social, satisfacción personal, entre otros. Establezcamos que este es el objetivo principal de una inversión, en el sentido que sea. Si a nivel conceptual el adiestramiento es “cualquier preparación para mejorar el rendimiento físico o intelectual”, entonces tenemos que se invierte en el adiestramiento de una persona con el fin de utilizarlo como recurso rico en preparación, para incrementar su rendimiento a nivel productivo y alcanzar algún beneficio.
Ahora bien, escribo metiéndome en el papel de un gerente, supervisor. Cumpliendo el rol de cualquier empleador, o de alguien que necesita personal que produzca u oferte algún servicio de manera efectiva; pues que mejor manera de conseguirlo, que ofreciéndoles el privilegio de enriquecer y expandir sus competencias de manera integral a través del estudio. En sentido organizacional, las ventajas de contar con un personal capacitado se extienden desde el incremento en los dividendos empresariales, hasta la mejora en la conducta del recurso humano, debido a que el enriquecimiento de su conocimiento antecede a una serie de variaciones en su comportamiento laboral, desencadenando una nueva fuente de motivación para asistir al trabajo diariamente, involucrarse en el desarrollo de la organización de forma progresiva, e incluso se vuelve partícipe de actividades que no están inmersas en su descripción de cargo, pero considera conveniente ejecutarlas, porque se cree capaz de hacerlo.
Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él.
John Fitzgerald Kennedy
El éxito de un proceso de selección de personal, radica en conocer a cabalidad la necesidad por la que se está procediendo. Se debe ser un gerente informado, ocupado del capital humano con el que cuenta, y de las fortalezas y debilidades de cada uno de los miembros de su equipo, pues esto es el factor que principalmente va a graduar el tiempo y alcance de sus objetivos a mediano y largo plazo. Contratar gente que no esté dispuesta a seguir creciendo tanto personal y profesionalmente (porque piensan que como ya terminaron una carrera y ya tienen un trabajo no necesitan estudiar más), se ha convertido en tendencia marcada en los últimos años en nuestro país. (Venezuela).
Nos encontramos ensimismados en una situación donde como parte de un círculo laboral, no se nos permite pensar en algo más allá de nuestra remuneración, y esto nos limita como personas y como trabajadores. En esta época de migración, “fuga de talentos” como se llama en términos administrativos, no hay algo más idóneo que seguir enriqueciendo las competencias que se nos han formado, bien sea de manera teórica, práctica u holística. Indudablemente, la experiencia mayor sopesada con un título universitario, es una polémica en la industria, pues muchos profesionales se alarman y hasta se ofenden, cuando un “bachiller”, cuando “ése técnico medio” obtiene un mayor progreso en la estructura organizacional; sin notar que es el esfuerzo en capacitarse y orientarse a especializarse de manera progresiva en determinada tarea, es lo que les ha otorgado ese “privilegio.”
Sin embargo, no es sólo esto lo que deberíamos considerar un factor motivante para desarrollar nuestra carrera en una empresa u organización; sino ese afán con el que nacemos de superarnos a nosotros mismos, esas ganas de que nuestra mayor y mejor competencia se encuentre en el espejo. ¡Qué fácil es aceptar un trabajo porque se gana más, y no porque se trabaje mejor! Es hora de que por encima de la situación económica que atravesemos, nos prioricemos, nos visualicemos como personas exitosas, poderosas, y sepamos orientar nuestros objetivos personales hacia la misma dirección que nuestros objetivos profesionales, y tengamos cohesión entre lo que queremos y necesitamos. Un profesional frustrado, es un profesional infeliz, y no importa en qué país del mundo vivas, recuerda que “si amas tu trabajo, nunca tendrás que trabajar.”
Redacción por: Iramy Jiménez.