Buenas aqui subo mi primer capitulo, espero que les guste, si esto va por buen camino subo mas capitulos al mismo tiempo que en wattpad
En un campo abierto cabalgando en su caballo va un joven guerrero, preocupado, va rápido y se le puede escuchar de entre sus dientes, agitado, susurrar unas palabras...
- Vamos... Más rápido... Mas... tengo que llegar a tiempo... -
Eran tiempos de guerra en ese entonces, pero él tenía que llegar a un lugar, y digamos que ese sitio no es el que cualquiera quisiera ir, se dirigía a un campamento enemigo, y déjame decirles que era una locura ir solo a ese lugar, por eso él se dirigía allí, su mentor le contó que estaba planeando un movimiento, él solo, no le dijo cuándo, solo el lugar. El joven guerrero en ese momento que se lo contó pensó que era un juego, una broma, ya que era un objetivo un tanto atrevido, e ir solo sería suicidio, era unos de los campamentos de los enemigos principales en esa zona. Pero el veterano guerrero ya estaba cansado de tantas bajas de sus tropas, eran pocos en su tropa y para más, tenía que recibir múltiples ataques de sus enemigos, recibir muchas bajas no era algo tan hermoso. Así que decidió darles la vuelta a las cartas, quiere atacar, pero el mismo sabe que es locura, así que no quiere más bajas de su grupo, si quiere que muera alguien será el enemigo, no le importa si muere en el intento, pero se llevara a una gran cantidad de algunos de ellos, los sacrificios se deben hacer en vez en cuando, pensaba. - Ya no lo soporto pequeño aprendiz - Siempre le decía el maestro a su mejor aprendiz - Hoy recibimos otro ataque y aunque nos movamos, nos vuelven a encontrar.
- Es cierto, pero tenemos que pedir ayuda a los de arriba, ellos quizás podrían... - habla el aprendiz con mirada de emoción tras una batalla que lo dejo agotado, pero vino su maestro y lo interrumpió a mitad de hablar.
- No hables tanto que apenas puedes respirar, estas muy agotado, los de arriba están muy ocupados en sus asuntos, no están para ayudar a un gremio pequeño como nosotros - Le interrumpe el veterano maestro - ¿Y porque cargas esa cara tan feliz? pareces payaso con paga. Acabas de salir de una batalla muy fuerte, tanto que te dejo agotado y exhausto...
El joven aprendiz con una sonrisa en la cara lo ve y le responde - Es que en esta batalla no tuvimos bajas, son pocos heridos y no tan graves, Me he vuelto fuerte y algún día llegare más lejos. - Tienes razón, has mejorado y avanzado mucho en tu camino como guerrero - El maestro le responde con orgullo a su alumno.
El joven guerrero recuerda todas esas palabras, esa conversación... La tuvieron hace una semana antes de mover el campamento de posición a un pueblo que tenía un viejo castillo abandonado. Las personas del pueblo dicen que perteneció a una familia real que lo perdió todo tras esta guerra, pero se alegraron que se hayan mudado al castillo así podrían ayudarlos a defenderse contra los ladrones de la zona y algunos monstruos que se aprovechar del ganado de los aldeanos. - Oye pequeño guerrero, ven a saludar, sé que tienes que descansar, pero eres mi aprendiz y además de aprender a luchar necesitas aprender a hablar – Le dice el maestro al aprendiz mientras él se levanta después de cinco días ordenando todo el castillo y sanando sus pocas heridas.
- Ma~maestro no quiero salir por ahora, mejor en otro momento – Le responde un poco avergonzado mientras se frota los ojos y baja la cabeza para que no lo distingan.
- ¡¿Qué pasa?! ¡Que nada de vergüenza! ¡Venga aquí! Hay algunas damas que te quieren conocer pequeño aprendiz – Le grita el maestro mientras estando fuera del castillo acercándose a la ventana donde estaba el aprendiz y lo saca por la misma haciendo que le dé más vergüenza – ¿Acaso le temes a las chicas aprendiz?
- Ma~maestro… no es~eso, solo que no me he aseado todavía – Le dice el aprendiz tratando de poner una excusa rápida y en voz baja.
- Oh vamos aprendiz, un caballero está preparado para toda buena obra ¿acaso eso no te lo he enseñado yo? – Le decía el maestro mientras el aprendiz susurraba.
- Pero usted no está bien vestido para toda buena obra y creo que no se ha bañado en días porque no lo he visto ni cerca de los baños – Dice el aprendiz entre sus dientes hasta que su maestro lo interrumpe.
- Claro que me baño, lo hago cuando nadie aun se ha levantado, mientras todos duermen, un buen guerrero está listo antes que el sol salga y termina antes que el sol se esconda.
Sorprendido el aprendiz junto con todos los aldeanos y campesinos quedan impresionados de la sabiduría de este hombre.
Después de asearse paso todo el día junto a su maestro, era lo cotidiano, como estuvieron casi una semana limpiando el castillo debían salir a visitar a sus nuevos vecinos. Además, que compartió de su sabiduría con el todo el trayecto por la ciudad.
Tal vez allá sido la última vez que allá visto a su maestro y esas son las últimas palabras que oyó de él. Al día siguiente se levanta aún más temprano junto al sol, pero nota que su maestro no está, paso todo el día buscando por la ciudad, pero no lo encuentra, su caballo no está, decide buscar por los alrededores, después se recuerda lo que le dijo acerca del campamento, el joven guerrero no se queda atrás, se prepara y sale en ayuda a su maestro, no quiere llegar tarde y encontrar lo peor.
Mientras que cabalga sin parar nota que está llegando al campamento enemigo, muchas cosas pasan por su mente, pero no dejan que lo distraiga.
Llegando el joven preparado desenvainando su espada, preparado para cortar cualquiera de esos sucios monstruos. Pero después se queda con una mirada de incredulidad, sorprendido al ver el campamento enemigo todo destruido y arruinado, avanzando cada vez más en el campamento, veía cuerpos chamuscados en el suelo, pero recuerda que su maestro le decía que cuando una clase de monstruo muere y le llega a tocar la luz del sol ellos se quemaban y se desvanecen con el tiempo, a esos enemigos les llamaban "demonios". El joven guerrero ya había luchado contra ellos, pero siempre de noche, jamás se los había chamuscados, ya que siempre los ataques son de noche y mueven los cuerpos de los monstruos a una zona apartada, después mueven el campamento, así que, jamás los había examinado en esta forma.
Al centrarse cada vez más noto que en el centro estaba alguien de rodillas, cuando lo vio, se movió rápido, su caballo rápidamente más y más cerca, se bajó inmediatamente, sin notar más nada, se dio de cuenta que era su mentor. Cuando se acercó a él, oyó que le decía algo... - ¡Alto! No te muevas - dijo el maestro agotado, estaba de espalda, pero podía sentir la presencia de todos lados, cuando de pronto... Lanza un cuchillo hacia su aprendiz diciendo - ¡Agáchate, rápido!
Rápidamente el joven se percata y se mueve rápido, cuando notó que el cuchillo le pasó al costado de él y le impacto en el cráneo a un demonio que estaba a punto de atacarle, cuando notó el demonio paralizado se quemaba de adentro a fuera y se chamusco, se desvaneció como ceniza con el viento, cuando iba a recuperar el cuchillo su maestro lo alertó... - Ni se te ocurra tocarlo sin guante - el maestro precavido - si lo llegas a tocar sin guantes o sin purificar ese cuchillo te maldecirás, aún no eres de un rango apropiado y no tienes la fuerza necesaria para soportar esas cosas malditas.
El aprendiz se aparta rápido y le pregunta - ¿Qué pasa si me maldigo? - No querrás saberlo - le dijo el veterano maestro - ¡Oye cómo sabías que estaba aquí! Aunque llegas un poco tarde, la fiesta ya termino - le responde tratando de cambiar de tema.
- Bueno... En realidad... No sé... solo lo busqué por todo el pueblo y no lo encontré, después pensé en lo que me había dicho de la misión suicida, por un momento pensé que era broma, después note que no estaba su equipo y no lo pensé dos veces - le responde el joven aprendiz - Jamás dejaría que usted valla a una batalla sin que yo no estuviera allí para ayudarlo
- Jaja si sigues así parecerás un perrito caprichoso – Le dice el maestro preparando todo para salir – pero muy buena decisión, espera ¿sabes dónde está mi caballo?
El maestro silva y su caballo llega donde se encuentran, en eso se suben y van por todo el campamento, saliendo del campamento van conversando el maestro con su discípulo... - Jajaja, Que mal, me dejaste batallar solo, aunque me la supe manejar solo ¿No? - le dice el maestro con un notó sarcástico.
- En eso tiene razón - le réplica el discípulo - Pero para la próxima estaré allí, vera que levantaré mi espada en la próxima batalla, no me dormiré y lo apoyare.
- Oye tenemos que avisar a la central - el maestro pensativo le dice a su discípulo - además también mover el gremio a una zona más estratega.
- Maestro, pero en el castillo estamos bien – Le sugiere el aprendiz.
- ¿Enserio? Está bien, nos quedamos más tiempo, así sigues hablando con la chica de la herrería – Le dice el maestro en forma de broma – ¿Crees que no te vi la intención de pasar por la calle 5 veces? Hasta un ciego hubiera visto esa, eres muy obvio.
- ¡Maestro silencio! – Le grita el aprendiz mientras pone una cara de molesto mientras ve hacia delante.
- ¿Qué pasa? ¿Te molestaste? – Le pregunta el maestro sorprendido y un poco asustado por la atmósfera que se acaba de formar.
- No maestro, vea delante, vienen más – Le responde apretando el mango de su espada y las riendas del caballo.
Se veían a las afuera del campamento una nube de humo, se notaba un grupo de unos cientos cincuenta a doscientos demonios, se veían que estaban molestos. - Ya veo, con razón el campamento fue fácil, iban a destruirnos, junto al pueblo – Habla el maestro mientras se baja del caballo – valla, tendremos que acabar con todos ellos nosotros solos, quiero que levantes tu espada en esta batalla ¿o quieres que los destruya yo solo?
El Maestro revisa entre sus bolsos y busca un cuchillo que brillaba completamente, que hasta resplandece en la oscuridad del bolso – Pequeño aprendiz toma ¿tienes un brazo? Espera que estén cerca lo suficiente y lánzalo, pégale a cualquiera y tranquilo si fallas – le da el cuchillo al joven mientras se queda viéndolo – No lo veas mucho, o pasara algo malo.
El aprendiz sorprendido, un asustado, se bajó del caballo, notando que están un poco cerca se prepara para lanzar el cuchillo, entre la duda y la adrenalina empieza a temblar. - Lo que piensas, no son dudas, son miedos, miedo a fallar y que yo no te felicite, vamos lanza – Le dice el maestro mientras se está estirando y preparándose para la batalla - El lugar donde tienes que atinarle primero es en tu mente, después lo haces realidad.
Se prepara, se concentra, se calma, lo calcula, lo ve en su mente, el objetivo es el primero de la fila, lo lanza, se mueve por el aire como si fuera un ave, el brillo se hace más fuerte, llama la atención de todos los demonios mientras se ve en el aire, pero el curso cambia, por la trayectoria que tiene va a fallar, no le va a pegar al objetivo, el joven cae de rodillas cuando ve su cálculo mal, no le da al primero, pero le atine al cráneo del segundo, como si fuera allí donde se dirigía original mente, esto hace que las demás filas traseras se descontrolen, pierden el equilibrio de las filas, muchos de ellos tropiezan y caen, se formó un pérdida gigante en cadena entre las filas del enemigo, cuando de pronto, se ve una luz intensa, y se ve una explosión de luz. - ¡No veas! ¡Tapa tus ojos y voltea! – Grita el maestro mientras se prepara – Ahora es mi turno pequeño aprendiz, gracias por tu ayuda.
El joven baja rápidamente su mirada y se tira al piso para tapar sus ojos. Mientras el brillo baja el aprendiz levanta su cabeza del suelo y nota que su maestro lo está observando, cuando eso nota que su maestro le dice – Chequea esto – Mientras que su cabello que es negro se tiñe a plateado y comienza a brillar partes de su armadura, mientras nota que el maestro está sonriendo se prepara y comienza a correr, pero no parece como si fuera humano, es más veloz que un caballo, y su espada brilla junto a su armadura, su cabello se cambió de la nada y se ve muy feliz para ser real. - Ma~maestro ¿Es usted? – pregunta el aprendiz sorprendido un poco incrédulo, pero su maestro solo ve adelante, no voltea y es muy rápido.
Con su rapidez el maestro alcanza a los enemigos, y con el resplandor que mana de su armadura y la espada llama la atención de todos los enemigos en el frente de batalla, mientras que el aprendiz lo ve nota que algunos vienen hacia él.
Preparándose desenvaina tu espada, los demonios llegan, bajándose de sus caballos con un salto uno de ellos le cae encima del aprendiz, atravesado por la espada del joven los otros enemigos embisten, el aprendiz se mueve rápido, bloquea el golpe, se prepara, pero se notan que son muchos, el maestro no se ve por ningún lado, es como si desapareciera, pero el joven debe concentrase y no morir en un lugar como este. Cuando de pronto uno de ellos se le lanza en su espalda muchos vienen hacia él, parece el fin, en eso, solo siente una liviana sensación con el peso, como si… como si el que estaba arriba del ya no se encuentra, en eso ve un pequeño destello a su alrededor y lo único que pudo pensar fue que su maestro lo estaba observando. - Él no podía morir en un lugar como este - pensaba el joven – y como él no morirá yo tampoco.
No se rinde sigue luchando, los demonios lanzan sus flechas, pero estas son bloqueadas rápidamente por el maestro con su velocidad sobrehumana, la batalla se veía decidida, ellos pensaron que ganarían, pero el joven jamás bajo su espada, aunque pasara toda la tarde luchando. - ¡Ustedes no podrán ganar todas! – gritaba el aprendiz mientras veía que se hacían cada vez pocos sus enemigos.
- Oye muchacho te he dicho que jamás subestimes a un enemigo – aparece el maestro detrás del chico mientras este se sorprende – quedan pocos, pero aun puedes morir ¡Mueve ese trasero y sigue luchando!
Con eso el joven voltea rápido para solo ver un destello que se mueve a gran velocidad, jamás se imaginaba llegar a ver algo como eso, pero siguió bloqueando, esquivar y atacar, los movimientos básicos que le enseñan en la academia, él se los sabía de memoria, hasta le agregaba su toque, los demonios no eran rivales para el maestro, es rápido y fuere, pero él joven tenía su agilidad y su fuerza propia, y aun no estaba muerto. Cuando de pronto se escucha un sonido de trompeta. - ¿Qué es esto? – se pregunta el joven aprendiz.
- Se retiran pequeño… lo hemos hecho bien – le responde su maestro un poco exhausto.
- ¿Ganamos? – sorprendido el chico lanza al aire esas palabras solo viendo a unos pocos enemigos huir por la llanura.
- Sí, eso creo, pero no los seguiremos, los cazaremos luego – le dice su maestro estirándose.
Preparándose y limpiando sus heridas, pensando el chico si debe preguntar lo que acaba de ocurrir es cierto, no sabe con certeza como ganaron, pero lo hicieron, jamás se rindió y pudo vivir más tiempo. Subiéndose a su caballo cada uno saliendo ya del campamento y alejándose viendo al horizonte, el maestro se acuerda de algo... - ¡Ah! ¡Cierto! - dice bajando del caballo y apuntando su espada al campamento destruido - ¡Fire master up! -. De pronto del suelo salió una columna de fuego y se dirigió al campamento a terminar de deshacerse de las sobras.
- El joven aprendiz sorprendido y con ganas de preguntar, pero le da vergüenza. Cuando de pronto su maestro le interrumpe en su timidez...
- ¿Qué pasa pequeño neoret? (Neoret es significado a aprendiz) - le dice el veterano maestro - no tengas miedo, dime, tienes dudas... ¿verdad? Solo hazme las preguntas que quieras.
- Tragando saliva le dice - Ma~maestro ¿Cuál es su rango? Y... ¿Qué debo hacer para subir más?
- El maestro sorprendido le responde - ¡Wow! Manada sorpresa... Pensé que preguntarías ¿Qué era eso que acabo de hacer...?
- ¡Eso también! Quiero saber todo... - le dice rápidamente y emocionado - Quiero ser más fuerte.
- Ya veo... Si quieres mejorar... Ya es tiempo que te cuente... Tienes que saber que a partir de ahora nada será igual, ser mejor tiene un precio y muchos no han sobrevivido a la carga - le dice el maestro mirando al horizonte - talvez puedas llegar más allá... Pero eso no es un problema, el asunto es después que llegues allí.
- Está bien - le responde el aprendiz mirando hacia adelante, después se voltea y se queda mirando a su maestro y los dos se miran profundamente hasta que le sale una sonrisa - Daré todo de mí y hasta más de lo que puedo... ¡Romperé los límites!
- ¡Jejeje...! - se ríe el veterano maestro sorprendido y le responde - ¿Podrás estar a mi altura? Talvez podamos echar un combate, pero no quiero patearte el trasero tan rápido así que hazte muy fuerte.
- Ilusionado el joven le réplica - ¡Sí! Y creo que te ganare, voy a trabajar para ser mejor cada día, ese combate lo tendré en la bolsa.
- Eso espero... Me sentiría patético enseñando te tanto para que después de igual manera te deje tirado en el suelo - le dice su maestro emocionado - Espero que después te hagas mejor, hasta superior que tu padre... Él también fue discípulo mío en su momento.
- ¿Enserio? Wow... Debió ser emocionante, me contaron que estuvo a punto de llegar a la brigada de resguardo imperial... Esa es la brigada más importante que existe - Le dice el joven discípulo muy pensativo y emocionado - ¡Lo superaré! Superaré a mi padre...
- Muy bien... Eso es bueno... hazte una meta - le dice el maestro distraído mirando al horizonte, pero le pregunta al aprendiz - oye... ¿Sabes cómo llegaste aquí?
- ¡Si! Jamás lo olvidaré - le responde el joven...
- Hazme un recuento por favor - le dice su maestro volviendo a ver el horizonte.
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