En la vida de todo creyente siempre ha habido tormentas, y algunas razones puedes ser causadas Cuando:
- Dios provoca tormentas en nuestra vida para despertarnos espiritualmente.
- Uno mismo busca la tormenta, descuidamos a la presencia de Dios.
- El enemigo nos coloca la tormenta para hacernos tropezar.
Pero ante cualquier tormenta no debemos:
- Perder el rumbo cuando comenzamos a seguirlo.
- Desmayar cuando parezca que la tormenta nos ha ganado.
- Perder nuestra FE en Dios porque él ha estado con nosotros en todo momento.
Que Dios nos guarde como lo ha hecho hasta el día de hoy.
@OriginalWorks