Si bien es cierto cuando dices que los gobernantes jamás van a las guerras (al menos en esta época) y que son enviados a ellas personas con familia y sueños que no tienen responsabilidad alguna por el inico de esa confrontación, no podría estar más en desacuerdo con usted en este tema.
La guerra es algo natural en nosotros los humanos tanto como lo es el deseo sexual o el miedo a la muerte. Aunque se usen palabras bonitas de amor y paz al final éstas no pueden tapar la terrible verdad de nuestro ser: la raza humana es malvada por naturaleza.
No malinterpreten mis palabras; nuestra especíe es tan bondadosa como un árbol es verdoso, pero ciertas circunstancias pueden hacer que ése árbol se marchite. De la misma manera ciertas circunstancias pueden hacer a un humano fríbolo y/o malévolo.
De esta forma surge la necesidad de parar esa maldad. Como en tantas obras artísticas se ha expresado con cierto aire de romanticismo: «La bondad siempre se levantará en contra de la maldad».
Es cierto que hay, ha habido y habrá guerras sin sentido en este mundo. Pero creer que no debes arrebatarle la vida a otra persona en nombre de una causa aunque esta causa sea justa me parece un pensamiento en extremo infantil.
Esto no es Narnia ni el país de las Maravillas, este es el planeta tierra donde hay malas personas y hay que aceptarlo. ¿Qué hubiese pasado si, por ejemplo, nadie fuera ido a la guerra en contra de los españoles cuando invadieron América? Pues no se habría evitado ninguna muerte ya que muerte e injusticias había antes de la guerra por parte de un bando hacía otro. ¿Qué habría pasado si la coalición internacional no se hubiera levantado en armas contra el Estado Islámico? Pues nada bueno, seguramente.
Las guerras son necesarias, nos guste o no.