Algunas personas no son capaces de tolerar la más mínima molestia, contratiempo o demora en la satisfacción de sus deseos y no soportan ningún sentimiento o circunstancia desagradable.
Es decir, no toleran el hecho de sentirse frustrados. Aunque esta situación puede ser más frecuente en niños, también se da en los adultos, quienes consideran que sus propias necesidades están por encima de cualquier otra cosa o persona, incluidas las leyes o las normas sociales. De este modo, la vida de quienes tienen Baja Tolerancia a la Frustración está llena de tragedias y acontecimientos estresantes. Con frecuencia se sienten de mal humor, agitados, ansiosos, tristes, resentidos, humillados o enfadados con el mundo, que debería estar ahí para satisfacer todos sus deseos. Se sienten víctimas, se quejan continuamente y culpan a los demás.
Las personas que saben tolerar la frustración la vida es más agradable, más fácil y con menos estrés; son capaces de convertir los problemas en nuevas oportunidades, tienen más probabilidades de resolverlos porque no reaccionan ante ellos con tanta intensidad ni intentan escapar para no sentir. Aceptan con más facilidad el dolor, el sufrimiento, la incomodidad y el fracaso y no dejan que estas situaciones les perturben excesivamente.
Para aumentar tu Tolerancia a la frustración es importante tener presente los siguientes pasos.
- El primer paso es ser consciente de ella. Analiza cómo son tus reacciones y qué piensas cuando sucede algo que te molesta. Si tu reacción habitual es de Enojo, quizá tienes baja Tolerancia.
- Distingue entre deseos y necesidades. Si reaccionas de forma demasiado intensa ante las frustraciones, piensa que estás reaccionando como si tus deseos fuesen necesidades orgánicas que necesitan satisfacción y alivio inmediato, lo cual es erróneo y exagerado. Recuerda que una necesidad es respirar, alimentarse, tener con qué vestirse. De este modo sabrás distinguir lo que de verdad necesitas de lo que no.
- Controlar tus impulsos. Cuando sientas un impulso a hacer algo que es perjudicial, pregúntate si de verdad lo necesitas y piensa en los resultados que has tenido cuando reaccionas así. Por tanto, si en tu mente aparecen las frases “tengo que hacerlo, no puedo evitarlo, lo necesito”, sustitúyela por “deseo mucho hacerlo pero sé que no me conviene y no lo necesito como respirar”.
- Aprende a soportar el dolor y el malestar Utiliza la fuerza de tu pensamiento para lograrlo. Piensa cosas como: “puedo soportar sentirme así, el malestar forma parte de la vida, no es tan terrible, aunque me sienta mal me voy a aguantar” Disciplinarnos y avanzar paso a paso son una buena opción para vivir más felices.
- Controla tu ambiente. En el caso de problemas en el control de los impulsos, además de aprender a tolerar lo desagradable, es conveniente que controles también el ambiente que te rodea.