¿Qué hacer por ti Venezuela? ¿Cómo le explico a mi vida?

in #spanish7 years ago

Al escribir estas líneas, estoy a 10 días de cumplir 27 años y la ansiedad se apodera de mi, de mi espíritu "incansable", el tiempo me vulnera y me desorienta.

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Ciertas preguntas se apoderan de mi cabeza, ¿qué pasó? ¿cuándo fue? ¿qué hice?

No me explico en qué momento dejé de ser el menor de la clase, el menor de la oficina, el joven cuya carrera auguraba un gran futuro para convertirse en un sobreviviente (financieramente hablando) que sufre cómo sus días pasan aceleradamente sin encontrar la luz que conduzca a la razón por la que sacrificó su juventud. El éxito y prosperidad financiera.

Expliquémoslo mejor, en el siglo XXI, en Venezuela, algunos números macroeconómicos permitieron un estilo de vida considerablemente bueno (sin caer en politiquería) para algunas personas que aprovecharon ciertos subsidios y comodidades financieras que aparentemente no hacía más que generar una burbuja financiera, burbuja cuya explosión como ha sido costumbre a través de la historia, la mayoría de ciudadanos es incapaz de predecir.

Durante esa época, mi enfoque iba destinado a cumplir con esos "líneamientos" sugeridos/exigidos para quienes somos hijos de padres profesionales y que hemos tenido una vida lo suficientemente satisfecha en el aspecto económico gracias a ellos (casa, nintendo, estudios, celulares, etc); a saber: estudiar estudiar y estudiar, ese fue mi camino escogido para hacerme profesional lo antes posible y disminuir así, el tiempo que me llevaría convertirme en una persona exitosa, próspera e independiente financieramente.

Fue entonces en el transcurso de ese período, cuando sacrifiqué tantas noches de locura y fiestas con amistades, tantas salidas y compartires con mi antigua relación; todo ello con la certeza de que estaba invirtiendo tiempo que aprovecharía mejor en un futuro inmediato.

Me gradué a los 22 años, a los 24 culminé la carga académica de mi primer postgrado y mi ascenso laboral era meteórico. Siendo el menor de la Gerencia, todos veían en mi al próximo gerente, me tocó liderizar y supervisar a compañeros que podrían ser mis padres, quienes duplicaban su antigüedad en la empresa.

En ese aspecto todo iba excelentemente bien, pero descuidaba algunos otros, el amor, esperaba por mi, mi familia, especialmente mi hermano menor que hoy tiene 15, aunque admiraba e idolatraba a su hermano mayor, no me tenía para disfrutar de su niñez que ya se esfumó.

Invertía, solo invertía (eso creía) mi tiempo en demostrar mi compromiso y capacidad como trabajador a cambio de cumplir a temprana edad mis anhelados sueños.

Un día, el caucho de mi carro amaneció espichado, y tuve que irme desesperadamente en un autobús para no llegar tarde a mi oficina. Una vez allá, como pude, comencé a hacer las averiguaciones destinadas a comprar un caucho y empencé a descubrir que encerrado en esas 4 paredes me estaba perdiendo la realidad financiera que comenzábamos a atravesar, mi sueldo no alcanzaba para ese caucho.

Gracias a la ayuda de mi papá (como casi siempre), pude comprar el caucho pero nació otro problema, el ritmo acelerado de trabajo y las exigencias de mi jefe prácticamente no me permitían tomarme tan solo la media hora que ameritaba llevar un carro a balancear y alinear, algo definitivamente andaba mal en mi realidad; o al menos en mi plan.

Esos hechos quedaron en mi cabeza y me propuse analizar cada uno de esos aspectos que quizás había descuidado para definir qué decisión debía tomar que fuera la más idónea para alcanzar mi meta (éxito y prosperidad económica a temprana edad). Así vi como me eran negadas solicitudes de fines de semana para asistir a un juego de mi hermanito, cómo era de tedioso tener que escaparme de la oficina para realizar una diligencia bancaria. Me sentí atrapado, y peor aún, me di cuenta que quebrado, tanto sentimental como financieramente, pues mis esfuerzos, compromiso y dedicación a un trabajo y a una vida de estudios, no había correspondido a mis aspiraciones personales. ¿Qué había pasado?

Inmediatamente puse manos a la obra para buscar mi independencia laboral, afortunadamente la profesión que escogí me lo permitía (abogado); pedí mi renuncia pero la liquidación tan solo me alcanzó para pagar las deudas de las tarjetas de crédito.

Inicie un proyecto, y ciertos clientes aparecían, solicitándome cotizaciones por mis servicios, conocían de mi evolución laboral en una de las empresas más prestigiosas del país, pero aún así.. las cotizaciones (nunca fuera del promedio de precios) no llegaban a ningún puerto. La mayoría de trabajos que terminé realizando, resultaron gratuitos, para familiares que en su momento hasta muestras de INGRATITUD demostraron. En ese momento entendí otra cosa, que la cultura de la sociedad venezolana no es preventiva jurídicamente, y aunque sepan de tu calidad como profesional, prefieren pagar la mitad de lo que cobrar por hacer un documento con un colega que se graduó y jamás ejerció, quien solo copia y pega un modelo de contrato de esos que aparece en ensayos.com; después de todo, lo importante es vender el carro, no les interesa el cómo y bajo cuales condiciones se realiza la venta.

En fin, comprendí que el camino rápido para alcanzar mi meta no era ese, pues carecía de contactos en bufetes de abogados importantes que me facilitaran la publicidad y reconocimiento que se necesita para trabajarle a los peces gordos.

Mientras tanto... veía como personas que no sacrificaron un día de rumba por estudios, se compraban la camioneta más llamativa del momento, y se daban una vida de lujos, pues mientras yo estudiaba, ellos aprovechaban esos SUBSIDIOS de los que hablé anteriormente, y amasaban una "fortuna" por el camino sencillo, revendiendo esto, revendiendo aquello... Como es de esperarse (lo aprendí luego con más estudios), personas de ese tipo tienen sus días de prosperidad limitados , pues cuando las facilidades se les acaban, no tienen la preparación suficiente para administrar y multiplicar sus ingresos.

Pero ahora bien, ¿De qué sirve formarte además de académicamente, financieramente cuando las condiciones país, sociales, económicas, no te permiten acumular legalmente y con el sudor de tu esfuerzo, una masa patrimonial que te permita emprender el camino hacía el mundo de las inversiones y de los negocios?

Los que se aprovecharon de las oportunidades que Venezuela les puso sin exigirles nada a cambio, en su mayoría se fueron a vivir en el extranjero, abandonando en Venezuela mucho más de lo que algunos nos esforzamos y no pudimos llegar a tener. Claro, la mayoría apuesta a seguir imponiendo su "viveza" TRABAJANDO (muchos por primera vez) a cambio de unos ingresos en moneda extranjera que les permita continuar con su vida de placeres aprovechando a nuestra maltratada tierra.

Sin duda alguna que aquellos tuvieron una visión (para no menospreciarlos) mucho más acertada de lo que tuvimos lo que invirtieron su vida en esos mecanismos socioculturales tan desfasados de nuestra realidad como los invertí yo.

Pero hoy a mis casi 27 años la pregunta que retumba en mi cabeza es, ¿que debo hacer por ti mi Venezuela? ¿Qué debo hacer para demostrarte que sigo aquí confiando en ti a pesar de haber perdido a tantos seres queridos? ¿Qué debo hacer para que me permitas demostrarle a todos lo que me aseguran que es imposible, que junto a ti no existe mayor felicidad y prosperidad?

¿Qué puedo hacer para explicarle a mi vida, que todavía hay tiempo para dedicarte a ti y lograr los sueños que nadie creería?

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Hai frieand nice pic

Thanks friend!

Gracias por este post, leerte fue como escuchar mis pensamientos. Comparto ciertas interrogantes las cuales nos hacemos a diarios indiferentemente del país donde nos encontremos. Felicidades por tu cumpleaños...

Gracias a ti por tomarte el tiempo para leer esa especie de deshaogo @Annyulieth. Mantengamos la convicción de que Dios tiene buenas cosas preparadas para nosotros. Un abrazo.