Un tema interesante, los idolos pueden ser un impulso para mejorar, para superarse, pero también convertirse en una referencia inalcanzable y por lo tanto la fuente de una frustración latente.
Ademas, debemos saber elegir muy bien nuestros ídolos pues nada peor que ver como tu referencia cae del pedestal, cuando descubrimos que aquel a quien tanto admiraste se convierte de un momento a otro en un ser menor, que incluso llegas a despreciar; en las imágenes hay un claro ejemplo de eso...
De hecho, creo que tener ídolos es hasta cierto punto infantil, porque mientras maduras poco a poco entiendes que todos somos falibles, que está bien admirar a alguien pero que eso no lo hace infalible y que a veces, es mejor fijar tu atención en ti mismo pues sólo tú eres capaz de alcanzar tus metas, de empujarte más allá.
Echaré una miradilla por los artículos, varios pintan muy interesantes!
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