Todo comenzó un día poco común, era jueves 16 de junio, estaba ella… hermosa, feliz, transmitiendo ese carisma que contagia a todo aquel que le pasará por un lado, su forma de ser cada vez me enamora; la verdad no sé cómo fue, ni en qué momento de mi vida me comenzó a gustar tanto, no tenía planes de enamorarme por los mementos de alguien, hasta que apareció ella… si es raro, creo que así funciona el amor, no sabes en que momento te va a llegar, pero siempre llega, inesperadamente… pero llega.

A pesar de ser un chico que prácticamente no expresa sus sentimientos, en la que estoy cerrado emocionalmente a un 100%, ella supo tocar esa parte de mí que yo pensaba que no tenía; ese nuevo yo no lo reconocía… es impresionante como las personas cambian drásticamente por otra.

Como cosa rara de la vida, no estoy en una película de amor, en la que todo es color de rosas y mucho menos existe la frase “todos vivieron felices por siempre”; fue en ese momento de mi vida, por causa del despecho del corazón, me senté en el porche de mi casa a pensar y pensar… de tanto indagar en mi mente bloqueada a ver si conseguía una respuestas a mis tontas preguntas que hacia dentro de mí.

Mi mente parecía un tsunami de preguntas, la cual creo un terremoto de dudas… ¿será que el amor no es para mí? ¿Será que no di el todo por ella? ¿Nací para enamorarme o simplemente ella no me correspondía?... esas y otras preguntas más invadieron mi pensamiento, la última que recuerdo que llego a mi mente descabellada fue la que englobaba a todas esas dudas que rondaban en mí… ¿EL AMOR EXISTE?

Ese fue el día más duro que viví, dure todo un día en responderme cada una de mis preguntas y buscarle la lógica, darle la vuelta a ver si conseguía la solución a ella, por lo que en ese momento no la tuve… ¿será que soy yo el que esta mal?

Mi mente y mi corazón estaban pasando por un trastorno emocional, por un lado estaba la razón y la lógica que me decían que la dejara, diciéndome que hay tantas chicas por conocer y una vida por delante, capaz y consiga el amor de mi vida en otra parte, que deje que obligar a un amor no correspondido… por otro lado estaba mi corazón, que me dictaba que siguiera esforzándome por ese amor, que no decaiga, que no me rindiera, que siga dando todo por ella haciéndola feliz; esas voces en mi cabeza diciéndome que tengo que hacer… me sentí en un ring de boxeo, en la cual uno de ellos tenía que ganar…no pude, no encontré cura ni solución para ese trastorno emocional que tenía, simplemente me rendí y volví a serme la misma pregunta una y otra vez…¿EL AMOR EXISTE?

Tratando de despejar mi mente, queriendo que terminara el día y volver a la normalidad, teniendo el afán que anocheciera rápidamente; al ver como en el cielo caía la oscuridad con destellos de cuerpos celeste.

Eran las 10:40 de la noche, fui a mi habitación cansado por el mal día que estaba pasando, me recosté en mi cama, mirando la nada y pensando en todo, llego a mí la respuesta que por horas esperaba.

En lo personal el amor no existe o sencillamente no es para mí, pienso que nací para cumplir mis sueños y metas en la vida, pero no para amar… es impresionante ver aquellas personas que si son uno para el otro, que están destinados a estar juntos, sé que a muchos les dará risa, y otros me entenderán, y si eres uno de ellos creo que estarás de acuerdo conmigo que enamorarse es un caso fallido.

Este relato es causa de mis experiencias, sé que ella a lo mejor no lo entenderá, ni sabrá el porqué de la cosas, y yo no se lo diré, ya que solamente paso, es algo inexplicable… pero a veces te decepcionas de ti mismo, por lo gafo que podemos llegar a ser cuando alguien nos gusta, mientas yo di y doy el todo por ella… ella no lo supo apreciar, no lo valoró; tantas cosas que hacía para verla feliz, las locuras que se me ocurrían para tan solo sacarle una sonrisa, ya que casi siempre esta gruñona, aunque se ríe de cualquier cosa, para solo aliviarla de los problemas, estar con ella en los buenos y malos momentos de su vida.

A veces me provoca tirar la toalla y dejar de ser como ella me convirtió, que cada quien agarre su camino, pero no puedo… hay algo que me ata a ella, es como sentir la necesidad de estar en su vida, de ver su crecimiento como persona, de saber que compartiré con ella cada día, hace que recobre ánimo y siga adelante… pero regresa a mi ese regaño mental DICIENDO ¡REACCIONA!, porque simplemente no lo valoró, dejo que otro le robara su corazón, sus lágrimas… alguien que no lo merece ni lo merecerá, solo jugaba con sus sentimientos.

Pero yo, a pesar de tener todo eso claro, sé que llegará a mí, porque seguía, sigo y seguiré ahí para ella, así me vea como un simple amigo.