Me fui a una fiesta de cumpleaños más por compromiso familiar, que por ganas, sabiendo de antemano lo aburrido de las fiestas en la familia. A mí lo que me gusta es una disco con todo incluido, alcohol, mujeres “buenotas”, baile y desorden sin límites.
Como todo hombre soltero y mujeriego que era mí caso, me instale en mi mesa junto a mis padres y empecé a pasear la vista por las distintas mesas a ver si había algo que me gustara, de momento no vi nada interesante, me serví un trago y fui a saludar a los demás miembros de la familia, esperando como siempre una oportunidad para escaparme de allí, así tuviera que escuchar la reprimenda de mi mama cada vez que me viera por un buen tiempo.
Conversando con un primo para pasar el rato y planeando mentalmente mi fuga mire hacia la puerta cuando hacía su aparición un grupo de invitados y entre ellos una mujer que inmediatamente capto mi atención, esbelta, pelo liso largo y una sonrisa de esas que sobresalen en cualquier parte.
Como el primo no sabía quién era, lo deje solo y fue a investigar la procedencia de tan bella mujer, no me costó mucho averiguar que la causa de mi sobresalto era un familiar lejano, que estaba de vacaciones en la casa de los suegros de mi hermana.
Al haber cumplido mi misión de averiguación pues hasta el nombre sabía, me fui a mi mesa a preparar mi plan de acción para acercarme a Anna, que así se llamaba la portadora de tanta belleza.
No tardó mucho en presentárseme una oportunidad, pues extrañamente los miembros del grupo se fueron a saludar y la dejaron sola en la mesa, circunstancia que aproveche inmediatamente y me acerque justo cuando la orquesta empezaba a tocar.
Buenas noches Anna, bailamos, ella se sobresaltó por mi osadía y levantando su cara hacía mí, con una gran sonrisa pregunto quién era yo, entonces el sorprendido fui yo al notar que Anna era ciega y que había metido la pata, recomponiéndome pensé a lo “hecho pecho” y le conteste bailando te cuento, ella pensó un poco dijo está bien pero tienes que llevarme y traerme de tu brazo y no soltarme mientras bailamos, o.k conteste.
Al ritmo del pegajoso son que tocaba la orquesta baile con ese ángel, que de manera rítmica seguía mis pasos y se acoplaba a mi cuerpo de manera perfecta, al terminar el set la orquesta, la lleve a su mesa, quedando maravillado con tan grata sorpresa.
Entusiasmado como estábamos en el baile, no hablamos y esa fue mi excusa para invitarla otra vez, a lo cual accedió inmediatamente, ahora si nos presentamos formalmente y conversamos un poco sobre nuestras familias.
Al llevarla a la mesa me invito a sentarme y terminamos de ponernos al día en cuanto a antecedentes familiares y otras pequeñeces que no vienen al caso, bailamos toda la noche y no sé porque me sentía tan bien al lado de esa mujer. Al terminar la fiesta nos despedimos y quedamos en bajar a la playa al mediodía siguiente.
Como acordamos pase por ella en mi viejo auto y fuimos a la playa bajo un sol radiante, en el trayecto Anna era pura sonrisa con mis ocurrencias, al llegar nos acomodamos bajo una sombrilla alquilada, la playa estaba poco concurrida y ella comento, quiero bañarme, quiero sentir el agua fría del mar en mi piel, y empezó sin pudor alguno a quitarse la ropa hasta quedar en un diminuto traje de baño de dos piezas que hizo volar mi imaginación hasta la estratosfera, te gusta me pregunto y sin esperar mi respuesta me dijo llévame al agua por favor y no me sueltes.
La tome de la mano, la lleve al agua y ella estuvo un largo rato jugando entre las pequeñas olas que se formaban en ese momento, de pronto tomo mi cara entre sus manos y la delineo con sus dedos, susurrándome al oído, me encanta tu voz, me gustas y me beso.
Un beso tierno, suave, largo que me estremeció, el cual dio paso a muchos otros hasta casi la noche. Es hora de regresar, está anocheciendo le comente, ella me contesto, llévame a un lugar donde puedas hacerme el amor sin prisas y yo ni corto ni perezoso busque un hotel cercano donde poder abrir y disfrutar de aquel regalo a mi gusto.
Al entrar a la habitación aquella mujer se convirtió en un volcán de fuego, en un tumulto de deseos reprimidos, en una cárcel de demonios que se liberaron todos al mismo tiempo, las ganas y el deseo no se extinguían, más fue el cansancio quien nos venció horas después de haber comenzado este viaje de placer, esta visita al paraíso.
Pensando en que a Anna no le hacía falta ver nada para satisfacer a un hombre y luego de un corto descanso, me dijo debemos volver es tarde deben estar preocupados en casa, en el camino de regreso mi mente era un remolino, pensando como aquel ser celestial en tan poco tiempo había trastocado mis sentidos, creyendo hasta en el amor a primera vista, cosa que yo negaba hasta hoy.
Y haciendo planes en mi mente para el otro día llegamos a la casa de los suegros de mi hermana, que era donde ella se hospedaba. La ayude a bajar del auto y antes de entrar me dijo sin contemplaciones.
Muchas gracias amor, no podemos vernos más, pasado mañana debo regresar a mi país, me has regalado unas noches de fantasía, las cuales no olvidare. Soy casada, tengo un hijo y debo volver a al lado de estos.
Con la boca abierta, sin saber que decir y herido en mi amor propio, pues estaba acostumbrado a dejar no a que me dejaran y ante la enorme sorpresa que me produjeron sus palabras, solo pude decir, o.k buen viaje y di la media vuelta.
Ya en mi auto, me dije en voz alta, esta cieguita se las trae, es una caja de sorpresas, como me utilizo y me jodió en cuestión de horas a mi que supuestamente soy el experto en amores, y en medio de la noche me sentí como un payaso perplejo y triste.
A, demás ésta decirles, que el amor a primera vista no existe…
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