Llegando el autobús a la base de la montaña, su velocidad comenzó a disminuir muchos de los pasajeros ya habían realizado este viaje y sabían que al llegar a la cima de la montaña el chófer debería recortar la velocidad por lo que no fue nada extraño, cuando el autobús llego a la parte más alta de la montaña comenzó a llover de una manera muy fuerte y como el chófer se conocía muy bien la ruta del destino comenzó hacer maniobras en las peligrosas curvas que en el camino se encontraba.
El autobús comenzó su descenso bajo las fuertes lluvias y relámpagos, lo que hizo una carretera muy resbaladiza y peligrosa de andar, la mayoría de los pasajeros comenzaron a sentir nervios por la situación y aún más al notar que el autobús estaba aumentando su velocidad, ellos comenzaron a llamar al chófer para que descendiera un poco la velocidad, pero este no les hizo caso al llamado y al autobús cada vez aumentaba su velocidad.
De repente el chófer comenzó a gritar: ¡Los frenos están fallando!
El autobús descendía de la montaña a una velocidad incontrolable y en una pequeña curva el autobús se fue por el vació, estrellándose con la multitudes rocas que abajo se encontraban, la mayoría de los pasajeros murieron instantáneamente, otros quedaron vivos pero muy lastimados que cuando intentaban salir el autobús exploto muriendo todos de una manera más espantosa que se pudiera imaginar, los gritos de auxilios y lamentos quedaron grabados en cada roca y árbol que se encontraba en el vació de la montaña. Por meses se realizaron búsquedas de cuerpos y nunca dieron con el paradero de ningún pasajero, solo algunas pertenecías y el autobús totalmente irreconocible por las llamas.