Y en el barco del vagabundo, Caronte,
Sus cogollos
Así fue, antes de ti, a ti y después.
Hay magia en el silencio de medianoche.
La fuerza de las alas en la esperanza y la fe.
Cuantos de los que no ven nada
Pegasus alado llega de la nada,
Cuántos días grandes y pequeños.
Bajo la canción popular de los hipopótamos.
Estas líneas podrán comprender.
Nidos sin sentido
Mi salvador, una recompensa inesperada.
No nos dijimos a todos el uno al otro.
Esperamos, cuando, sin embargo, hacía mucho frío.
¿Otro sueño roto?
A los gritos de la multitud diabólica.
Que uno vive completamente en casa,
Y lo sacrificarán.
Ahora ve a las profundidades del mar.
Estoy harta de su luz triste.
En un laberinto del que no hay retorno.
Quien sobrevivió al amor puede
Así que, como si apresurara las flores
Es una pena que Nietzsche no estuviera aquí conmigo.