(Tomada de https://leondejudamins.blogspot.com/2011/09/el-vuelo-del-aguila-iv.html)
Hoy, después de escuchar la voz nostálgica de mi hermana al recordar la ausencia de su hijo Francisco (mi sobrino), pensé en que es un buen momento para reflexionar sobre lo imposible de evitar.
Creo que para nadie es un secreto el proceso emigratorio desde tierras venezolanas hacia distintos lugares de suramérica y otras regiones del planeta. Es un proceso que ocurre por primera vez en la historia de Venezuela, quizás en épocas de la independencia algunos abandoran estas tierras (producto de la guerra). Los jóvenes, y sobretodo , profesionales bien formados decidieron, producto de las circunstancias, buscar nuevos horizontes para tratar de aminorar las dificultades que sus familias padecen. Este es el caso de mi sobrino Francisco.
Las madres, padres y resto de familiares de estos jóvenes sienten un pedazo de soledad, aún en compañía de otros. No ven al hijo, no escuchan sus saludos o noticias diarias , no están en sus circunstancias, solo les queda imaginar un escenario de paz y abundancia en donde sus hijos estén.
Lo cierto es que una vez que Dios, en su bondad, decidió darnos un hijo, lo hizo para que podamos entregarle todo el amor, educación, alimento, que lo capaciten para obrar el bien, para construir una vida, y para que dejen huella.
En el sitio web, del cual tomé la imagen de inicio, hay un escrito que transmite la información del significado del águila para diversas culturas. Yo quise tomarla prestada para significar el vuelo de los hijos por la vida.
Nuestros hijos son águilas en vuelo, capaces, con voluntad, bien entrenados, con una visión que alcanza mucho más allá que la nuestra, bellos al contemplarlos.
Dios los bendiga, a todos, dondequiera que estén.
Isaias 40,31: "pero los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas, como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."
Saludos desde Venezuela.