http://elnidodelmirlo.blogspot.com/2010/10/la-hormiga-toro.html
Llegó la primavera y despertó la vida en el campo con eclosión de colores y con temperaturas agradables. Una hormiga y una abeja coincidieron muchas veces haciendo acopio de alimento al punto de volverse buenas amigas.
-no sé por qué, a mi unas y otras me parecen todas iguales como si fueran mellizas-
Se contaban sus cosas sin dejar de trabajar, porque las abejas y las hormigas dan ejemplo de ser las más trabajadoras entre todos los insectos.
Un día la abeja se puso enferma de repente y se cayó al suelo.
La hormiga corrió a comunicar el caso a sus hermanas y llevaron a la abeja entre varias a su hormiguero.
Una de ellas tenía poderes para curar, era enfermera diplomada.
Dedicó toda su atención y sus conocimientos a salvar a la enferma y, a base de cosas raras que guardaba para esas ocasiones, la curó del todo.
Se despidió la abeja, hecha mieles de agradecimiento y volvió volando a su colmena en la que se alegraron todas las compañeras porque la echaron de menos al pasar lista, como hacen todos los días.
Llegó el verano con sus calores y con ello los que añaden fuego en los montes.
Amaneció un día con un incendio, que avanzaba por el suelo para hacer daño, como si fuera una culebra venenosa.
Al volar a su trabajo diario la abeja curada, vio cómo las llamas se acercaban al hormiguero de sus amigas.
Volvió presurosa a su colmena y contó a su reina el peligro que corrían. Faltaba ya poco para que las llamas devoradoras llegaran al hormiguero cuando se presentaron allí cientos de abejas para salvarlas, que corrían despavoridas.
Se posaron las abejas y todas las hormigas se subieron a sus espaldas y como si fuera un ejército de helicópteros de salvamento las condujeron a terreno seguro.
Moraleja: Haz el bien y recibirás la recompensa..