ORIGENES E HISTORIA DEL BAR
Cualquiera que trate de remontarse a los orígenes del bar actual llegará rápidamente a los salones y tabernas del oeste americano. Eran estos singulares “lugares de descanso” los cuales durante los siglos XVIII Y XIX, mantuvieron el paso con la marcha de los pioneros y que se ramificaron por la costa Este abarcando gradualmente todo el país. Naturalmente fueron los mismos pioneros quienes instalaron y administraron los primeros bares y por razones obvias debieron ser similares a los que los nuevos inmigrantes estaban acostumbrados en el “país viejo”, (Inglaterra), pero ¿de dónde aparecieron los predecesores europeos del bar? En este resumen recorreremos los orígenes del bar, observaremos que los bares han cambiado con el transcurrir del tiempo, veremos cómo han evolucionado hasta llegar a conceptos como pool bar, pubs o lounge, además mostraremos que en todos los lugares tienen a la figura principal que es el bartender, cantinero o barman.
El viajero, agua y transporte
Inicialmente tenemos que remontarnos a hace 1000 años. El viajero de hoy está acostumbrado a disfrutar de la hospitalidad de los cómodos hoteles y del servicio con estilo de un restaurante o bar. Siglos atrás esto ocurría de forma distinta, viajar suponía un gran riesgo y estaba lleno de incomodidades y peligros. Hubo incluso tiempos en que los viajeros, antes de emprender un largo viaje, dejaban listos sus testamentos.
La historia de la hotelería y del buen servir siempre va de la mano con el transporte. En tiempos primitivos la gente no se atrevía a poner un pie fuera de su campamento y no existían otras formas de trasladarse sino las que ellos mismos fabricaban: construían una senda y siempre tenían que protegerse de animales salvajes y del gran enemigo del hombre, “el hombre mismo”. La gente tenía que llevar su propia alimentación y solo encontraba un techo gracias a la hospitalidad de tribus amigables.
La mayor parte de la gente prefería viajar por agua en lo que fuera posible, porque era más rápido, cómodo y seguro que hacer el mismo trayecto por una inexistente o precaria ruta llena de peligros. Los grandes ríos de las antiguas civilizaciones como el Éufrates, Tigris y el Nilo en Mesopotamia y Egipto, y el Ganges y el Yangtzé - Kiang en India y China respectivamente, eran rutas con mucho tráfico y en sus riveras se construyeron grandes ciudades. En imperios con un gobierno centralizado, como el Babilonia, Asiria, Egipto y Roma, el Estado era quien construía caminos con propósitos militares y para promover el comercio.
En el antiguo Egipto el gobierno construyó estaciones diurnas cada 25 millas a lo largo del camino de los reyes. El historiador Erodotus (484- 424 a.c.) habla acerca de la famosa ruta de Susa, la capital Persa, a Éfeso, una colonia griega. Sin embargo no hablaba de la ruta misma, sino de las innumerables posadas de orilla de camino en intervalos regulares. En estos lugares los viajeros encontraban techo y comida, había incluso doctores, herreros, conductores de carros y otros servicios. Administradas por el Estado, estas posadas eran en gran medida los predecesores de los modernos hostales. La gente viajaba en caballos, bueyes o camellos, sólo los niños, mujeres y enfermos viajaban en carretas. En esta época de gran crecimiento, nació el correo y las Olimpiadas, que atraían miles de visitantes y por ende la construcción de posadas a lo largo de la ruta que sumaban servicios para captar clientes.
El imperio Romano tenía un departamento especial para transporte, obras viales y hoteles que era el “Cursus Publicus”, en cambio el emperador Nerón tenía la llamada Pretoria especialmente habilitada para viajeros oficiales e invitados del estado con acomodaciones separadas y espacio para caballos. Se dice que aquí se ofrecía vino a las visitas reales, fruta y mujeres, y estos productos eran administrados por una persona, que fue el primer oficio de bartender, sommelier o Maitre que se conoce.
De Taberna a Hotel
Los países alrededor del mar mediterráneo tenían una considerable influencia en el desarrollo de los lugares para descansar por las noches y las posadas. La palabra “hotel” está fechada en esta época.
Estas primeras posadas eran tan bien construidas que en esta fecha aún hay ruinas en países como Francia, Inglaterra y Marruecos, además de las ruinas de los primeros hoteles en Levant. En esta edad nacieron además las caravancerías (hoteles), que quedaron en manos de órdenes religiosas de Roma y de todo el mediterráneo.
Los Regulares
En estas antiguas posadas se servía diversos tipos de comidas, las cuales eran consumidas con cerveza o vino. En esa época no sólo se atendía a los viajantes, sino también a quién entraba y solicitaba comida o techo, pero no pasó mucho tiempo para que algunas personas solicitaran sólo bebidas para saciar la sed acompañados de sus amigos.
Más tarde hubo posadas que suprimieron los servicios de techo o comida y sólo ofrecían variedad de cervezas y otros tragos mezclados con vino y frutas, lo cual supuso que el servicio de bebidas llegara a ser lo más importante para estas posadas y tabernas. Entonces quedaba un paso corto a lo que sería “el bar”. Ciertamente habían innumerables establecimientos en Europa, los cuales en cuanto a abastecimiento y localización merecían ampliamente el título, después de todo ellos tenían virtualmente todo lo que un cliente podría pedir, pero aún para descubrir la verdadera cuna del bar (en cuanto a nombre y decoración) debemos mirar hacia los Estados Unidos de Norteamérica.
La Barra
Las primeras tabernas en el tiempo de los pioneros eran relativamente simples e invitaban a los visitantes a pasar una estadía corta pero agradable. En el comedor principal había un buffet largo o mesón, el cual era usado por el propietario o algún miembro de su familia para servir tragos. Había una baranda al frente o alrededor de dicha estructura. Su única función era mantener los consumidores a una distancia segura, y en esos tiempos turbulentos cuando todos portaban un arma, esto no era un lujo; unas pocas yardas entre el cantinero y su clientela le daban el espacio y el tiempo justo para protegerse. Lo que es más, este mesón ayudaba a mantener a los consumidores a una distancia apropiada de las botellas, una segunda baranda estaba pegada al mesón a unos 15 o 25 centímetros del suelo y sobre esta el cliente podía descansar sus pies. Ellos reposaban sus espaldas en la baranda de arriba, la cual era cilíndrica por lo que no podía ser usada para posar sus vasos u otras cosas, Así que cada cliente mantenía generalmente su vaso en la mano afirmando su espalda.
GRACIAS POR SU ATENCIÓN, ESTA INFORMACIÓN FUE RECOPILADA GRACIAS A TUBARTENDER BAR ACADEMY.
y de http://barandservice.blogspot.com/2010/05/historia-del-bar.html
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