Bronnie Ware es una enfermera de cuidados paliativos en Australia, que cuidaba pacientes moribundos en sus últimas doce semanas de vida.
[Esperen... aunque este inicio de mi texto suene un poco depresivo, tiene muy buenas aplicaciones positivas. Verán que sí.]
Ella grabó las conversaciones que tuvo con dichos pacientes en un blog que tituló “Inspiration and Chai”, y que llamó tanto la atención que juntó todas estas observaciones en su libro The Top Five Regrets of the Dying (que se puede conseguir en inglés en Amazon: https://amzn.to/2GXYwo8).
Ware escribe sobre la visión fenomenalmente clara que las personas tienen al final de sus vidas, y cómo podemos aprender de su sabiduría. Cuando les preguntó sobre algunos de los remordimientos que tenían o sobre algo de sus vidas que desearían haber hecho de manera diferente, afirma que “varios temas comunes surgieron una y otra vez”.
Aquí están los cinco mayores remordimientos de la gente en las horas cercanas a su muerte, como lo atestigua Ware:
DESEARÍA HABER TENIDO EL VALOR DE VIVIR UNA VIDA FIEL A MÍ MISMO, NO LA VIDA QUE LOS DEMÁS ESPERABAN DE MÍ.
“Este fue el lamento más común de todos. Cuando la gente se da cuenta de que su vida casi ha terminado y mira hacia atrás con claridad, es fácil ver cuántos de sus sueños no se han cumplido. La mayoría de las personas no han cumplido ni la mitad de sus sueños y tuvieron que morir sabiendo que era debido a decisiones que habían tomado o no habían hecho. La salud brinda una libertad que muy pocos conocen, hasta que ya no la tienen.”DESEARÍA NO HABER TRABAJADO TAN DURO.
“Esto vino de cada paciente masculino. Echaban de menos la juventud de sus hijos y la compañía de su pareja. Las mujeres también hablaron de este arrepentimiento, pero como la mayoría de ellas eran de una generación anterior, muchas no habían sido las que traían el sustento a casa. Por ello, eran los hombres quienes lamentaban profundamente haber pasado la mayor parte de sus vidas en una existencia rutinaria de trabajo.”DESEARÍA HABER TENIDO EL VALOR DE EXPRESAR MIS SENTIMIENTOS.
“Muchas personas reprimieron sus sentimientos para mantener la paz con los demás. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre y nunca se convirtieron en lo que realmente eran capaces de llegar a ser. Muchos desarrollaron enfermedades relacionadas con la amargura y el resentimiento que llevaban como resultado.”DESEARÍA HABERME MANTENIDO EN CONTACTO CON MIS AMIGOS.
“A menudo no se daban cuenta de todos los beneficios que representan los viejos amigos hasta las últimas semanas y no siempre era posible rastrearlos. Muchos se habían visto tan atrapados en sus propias vidas que habían dejado pasar amistades queridas a través de los años. Hubo muchos remordimientos profundos por no darles a las amistades el tiempo y esfuerzo que merecían. Todos extrañan a sus amigos cuando están muriendo.”DESEARÍA HABERME HECHO MÁS FELIZ.
“Esto es sorprendentemente común. Muchos no se dieron cuenta hasta el final que la felicidad es una elección. Se habían quedado atrapados en viejos patrones y hábitos. La llamada comodidad de la familiaridad se desbordó en sus emociones, así como en su físico. El miedo al cambio los hizo fingir ante los demás, y ante sí mismos, que estaban contentos, cuando en lo más profundo de su ser anhelaban reírse profundamente y volver a hacer tonterías en sus vidas.”
Así las cosas y tomando los grandes aprendizajes de esto, en tu caso, ¿cuál es tu mayor arrepentimiento hasta ahora, y qué te propones lograr o cambiar ahora y no esperar a que sea demasiado tarde?
—Jorge Pinkus | http://www.JorgePinkus.Coach