... acompañando amigos esposa a hacer una diligencia, nos encontramos con un peculiar árbol en la vereda próximo a la esquina. Éste era pequeño pero estaba bien podado. Lo que nos llamó la atención fue su agradable olor a cítricos.
Mirando más de cerca vemos que de sus hojas colgaban unos frutos que al principio creíamos que eran limones. Revisando un poco más dentro del mismo, conseguimos tomar algunos frutos y descubrimos que se tratan de unas pequeñas mandarinas que jamás habíamos visto de este tamaño.
Seguinos nuestro camino y más adelante con seguimos otro árbol un poco más grande y otro recién sembrado. Seguramente es un vecino que se ha dado a la tarea de sembrar este dulce arbolito en el barrio.