Hola, gente de Steemit. No suelo hacerlo muy frecuentemente en este blog, pero hoy vengo a hablarles de política, específicamente de la política de mi país: Colombia. Un país hermoso; no duden en visitarlo si tienen la oportunidad. Lleno de riquezas naturales, paisajes exhuberantes, lindas ciudades, el mejor café del mundo y gente amable en su mayoría. Soy feliz siendo colombiano, y de hecho he mostrado mi pasaporte con orgullo en las pocas veces que he tenido la oportunidad de viajar afuera de esta tierra. Sin embargo, está bien reconocer errores y problemáticas, solamente si hay voluntad para solucionarlas. Este post es una crítica que no cambia el inmenso orgullo que siento por ser colombiano. Sean bienvenidos colombianos y extranjeros a este escrito. Espero no aburrirlos y que, si es posible, podamos debatir un poco en los comentarios. Es que COLOMBIA ESTÁ ENFERMA Y MUCHOS NO LO SABEN.
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Como en toda Latinoamérica, la historia de Colombia es difícil desde el mismo momento de su "descubrimiento" por parte de los españoles. En el caso de Colombia, la situación se vio fuertemente influenciada por la leyenda de El Dorado: Se decía que los Muiscas (indígenas que habitaban el altiplano cundino-boyacense, donde actualmente está Bogotá) tenían oro en cantidades y que incluso se bañaban en este precioso metal. Por esa razón, el interés de los españoles cuando entraron al país por el itsmo de Panamá fue doble: Se encontraban frente a un territorio lleno de riquezas naturales, pero a la misma vez intuían que tenía mucho oro, por lo que la motivación crecía exponencialmente. Esta fiebre del oro hizo que los "conquistadores" se adentraran cada vez más en el territorio colombiano, fundando las primeras ciudades al interior del país.
La situación anterior le da a Colombia una característica particular: Contrario a lo que pasa en la mayoría de países del mundo, la mayoría de ciudades grandes no están en las costas, sino que están al interior del territorio nacional. Veamos el siguiente mapa para corroborar la información:
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Las tres ciudades más grandes son Bogotá, Medellín y Cali, y como se puede ver en el mapa anteriormente presentado, estas están ubicadas al interior del país. Además, la región más poblada de Colombia es la llamada Región Andina, la cual está cruzada por la cordillera del mismo nombre. Esta situación le ha dado al país dos características: En primer lugar, somos una nación construida en la montaña. Ciudades como Medellín o Manizales son prueba de esto, pues están construidas en el pie de grandes picos. El desarrollo de poblaciones grandes en montañas ha afectado la planeación urbanística, por lo que las ciudades no se han podido diseñar de manera óptima, sino que su distribución depende casi exclusivamente de los accidentes que ofrece el terreno. Esto es contrario a lo que pasa en las grandes ciudades del mundo, muchas de las cuales están en territorios planos, por lo que pueden diseñarse correctamente de manera sencilla. En segundo lugar, el hecho de que las grandes urbes estén al interior del país aumenta la dificultad para el transporte de mercancías que se importan y se exportan. El puerto principal de Colombia queda en un municipio llamado Buenaventura, en la costa Pacífica. Desde allí hasta Bogotá, los camiones deben realizar un trayecto de unas 18 horas, hasta Medellín unas 13 horas y hasta Cali unas 3 horas. Esta dificultad frena de algún modo el desarrollo de la economía.
Además de la distribución de la población, la Colonia Española dejó una serie de secuelas negativas en el país, así como en toda Latinoamérica. Muchos indígenas fueron exterminados y una cantidad impresionante de recursos fueron expropiados durante casi tres siglos para ser llevados a España. Toda esta situación hizo que los países de América Latina, una vez independizados, arrancaran su desarrollo con desventaja respecto al resto del mundo. Colombia no fue la excepción de la regla.
Y bien, la historia de Colombia como república no es para nada sencilla. Inició con una clase dirigente criolla que era predominantemente arribista, característica que se perpetuó en la política del país hasta la actualidad. Por esa razón, las clases medias y bajas han estado permanentemente marginadas por el gobierno. Esto desencadenó una serie de eventos dolorosos en el siglo XX, como la masacre de las bananeras (pueden leer información al respecto aquí) y la violencia bipartidista (aquí más información), que dieron lugar a una serie de procesos determinantes de forma negativa para el país, como la creación de grupos guerrilleros (incluyendo las FARC, que hasta su desmovilización en 2017, fue la guerrilla activa más antigüa del mundo).
De Daniel Pradilla Holguin - Santiago Martinez Delgado, CC BY-SA 3.0 Fuente
Gracias a lo anterior, en Colombia se creó una atmósfera peligrosísima de injusticia social. Aún en la actualidad somos uno de los países con mayor desigualdad en el mundo. Todo esto puso en el país un ambiente propicio para la criminalidad, pues esta permitía conseguir dinero fácil. Fue así como a finales de la década de 1970 surge el narcotráfico en Colombia, impulsando en pocos años a varios narcotraficantes como algunos de los hombres más ricos del planeta. Célebres nombres como el de Pablo Escobar son famosos en todo el mundo, mucho más si se tiene en cuenta la difusión mediática que se les da a través de las series de televisión (Narcos es una de las series más vistas en Netflix en toda América Latina).
¿Entonces cuál es la enfermedad de Colombia?
Colombia tiene una enfermedad gravísima: La ilegalidad dentro de la legalidad. Este concepto parece ser absolutamente contradictorio, pero en Colombia se evidencia de manera viva todos los días. A continuación, ampliaré este concepto.
Como mencioné dos párrafos arriba, la injusticia social permanente le abrió las puertas a la ilegalidad en Colombia. Si bien es cierto que el narcotráfico colombiano de la actualidad cambió de figura (ya no se hace con grandes carteles, sino a través de organizaciones "pequeñas" en cadena), los capos de los años 80 dejaron dos huellas imborrables en la cultura nacional: La búsqueda de dinero a como dé lugar y un valor nulo a la vida del prójimo. Analicemos cada uno de ellos:
A como dé lugar: En la actualidad, la búsqueda de dinero fácil es perpetuada incluso en la legalidad. Colombia es uno de los países con mayor corrupción política del mundo. Desde los contratos más pequeños en los municipios más alejados hasta las firmas más potentes en la capital de la república, las operaciones financieras públicas se llenan día a día con elementos turbios que desangran el presupuesto nacional y malgastan los impuestos que pagamos todos los colombianos. El ciudadano promedio se acostumbró a buscar más y más dinero todos los días, por lo que cuando tiene la oportunidad de manejar grandes cifras de capital público, siempre diseña alguna trampa para quedarse con algún porcentaje. La corrupción es un cáncer que, según diversos cálculos, le cuesta al país casi 10 billones de pesos al año, cifra que equivale a unos 3 mil millones de dólares y al 10% del PIB nacional (increíble). Además, la búsqueda constante de dinero rápido le ha hecho un daño social incalculable al país: Se le da poco valor a la educación, pues hay otras salidas que dan más dinero sin esforzarse tanto. Esta poca importancia a la educación ha pasado de la población general al gobierno. La cobertura del sistema público de educación superior nacional es terriblemente baja si se le compara con la de algunos vecinos, situación que ha hecho que Colombia esté por debajo de la media latinoamericana en el índice de desarrollo humano (aquí pueden consultar los datos del IDH en diferentes países de América Latina). De hecho, al momento de escribir este post, los estudiantes universitarios de toda Colombia cumplimos un mes en paro porque las 32 universidades públicas de la nación están, literalmente, en quiebra. Sin lugar a dudas, un país sin una educación pública, democrática y de calidad no tiene ningún futuro.
¿Derecho a la vida? Nah: El conflicto armado en Colombia cobró la vida de 218.094 personas entre 1958 y 2012, siendo el 81% de estas muertes aportado por la población civil (visiten la página web del Centro de Memoria Histórica para ampliar la información y sentir un poco de escalofríos). Guerrilleros, narcotráficantes, paramilitares, pequeñas bandas criminales, y en fin: Matar gente en Colombia se convirtió casi en una costumbre. Por ejemplo, desde Enero hasta Julio del presente año, hubo 123 asesinatos de líderes sociales en el país (Fuente), a quienes mataron solamente por demostrar algún tipo de ideología política izquierdista. Tanto se ha impregnado la cultura del asesinato en Colombia, que el senador y expresidente Álvaro Uribe (hablaré un poco más de él abajo) se hizo célebre hace poco a través de un tuit en el que calificaba de buen muerto a un testigo que declaró en su contra en un reciente juicio, trino que fue celebrado por una gran cantidad de seguidores. Insostenible.
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Una terrible consecuencia
Los fenómenos de corrupción, falta de educación y cultura asesina ilustrados anteriormente han tenido una consecuencia nefasta en el país: La prostitución de la democracia. La sociedad colombiana es terriblemente apolítica: En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de este año votó solamente el 54% del potencial electoral en el país. Lo peor de todo es que este hecho fue celebrado por diversos medios de comunicación porque se trató de la abstención más baja en elecciones desde 1974. 19 millones de personas trataron de decidir por un país con casi 50 millones de habitantes e Iván Duque, el candidato ganador y actual presidente de la república, fue elegido por 10 millones.
¿Recuerdan que mencioné la corrupción en la clase política? Pues bien, gracias a la prostitución de la democracia, el pueblo colombiano se ha encargado de elegir una y otra vez a la misma clase dirigente que se ha robado incalculables cifras de dinero durante más de 50 años. En Colombia son comunes las dinastías políticas, familias que se han dedicado durante décadas a enriquecerse gracias a los impuestos de los colombianos. La falta de educación ha dado a luz a un electorado ignorante que se queja de la corrupción pero no se informa de quiénes son los culpables para castigarlos en las urnas.
En mi opinión personal, el caso de corrupción que mejor resume la realidad del país tiene nombre propio: Álvaro Uribe Vélez. Se puede afirmar con toda seguridad que este sujeto es el personaje más importante y poderoso de la nación. Fue presidente de la nación en dos períodos (2002-2010) y el candidato de su partido (Juan Manuel Santos) ganó las elecciones en 2010. Por si fuera poco, en 2018 un candidato suyo (Iván Duque) ganó en franca lid la Presidencia de la República. Además, desde 2014 es senador, obtuviendo en las elecciones parlamentarias de 2018 la mayor votación entre todos los candidatos. Álvaro Uribe es un fenómeno único en la historia política del país. ¿Por qué lo traigo a colación como un caso de corrupción? Ampliemos la información:
El prontuario corrupto y delictivo de Álvaro Uribe Vélez está compuesto por más de 300 investigaciones legales en su contra. Entre estas es posible mencionar la manipulación y uso de falsos testigos para inculpar enemigos políticos (esa es la más reciente), fuertes vínculos con el grupo paramilitar Los 12 apóstoles (responsables de unos 570 asesinatos) y dudosas acciones frente a las masacres paramilitares de El Aro y La Granja mientras era gobernador de Antioquia. Esto ha despertado en un sector de la opinión popular el comentario de que este señor es el mayor paramilitar del país. Además, se puede afirmar que los ocho años de gobierno de Uribe fueron los más corruptos en la historia del país: Una gran cantidad de sus funcionarios más cercanos están en la cárcel o son investigados en la actualidad por diferentes escándalos. Uno de los más sonados y que, en lo personal, me despierta mucha ira, es el llamado escándalo de Agro Ingreso Seguro: Se desvió una cantidad inimaginable de dinero que debía ser destinado a subsidios para campesinos en condición de pobreza hacia algunas familias ricas para ayudarles en sus negocios. Por ese caso es que en la actualidad se encuentra preso en Estados Unidos quien en esa época era ministro de agricultura. Por último, en el gobierno de Álvaro Uribe ocurrió uno de los hechos más macabros en la historia de la nación: Desde el ministerio de defensa se ofreció un incentivo a los militares de aproximadamente 1500 dólares por cada guerrillero o paramilitar muerto. Esto hizo que el Ejército Nacional inflara las cifras a través de los llamados falsos positivos: Se engañaba a jóvenes con promesas de algún tipo de trabajo en el campo, se les disfrazaba de guerrilleros y se les asesinaba vilmente para mostrar resultados. En la actualidad hay unas 5000 denuncias internacionales en curso respecto a ese tema. Escalofriante.
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A pesar de todo lo anterior, en la actualidad Álvaro Uribe Vélez se pasea todos los días por los pasillos del Congreso Nacional, es dueño del poder ejecutivo a través de Iván Duque y su partido es uno de los más fuertes en el Senado y la Cámara de Representantes. ¿Por qué? La respuesta es simple: Corrupción. Nadie en el país ha sido capaz de derrotar ese manto poderoso que rodea a este señor, quien por diferentes vías ha logrado acallar todas las denuncias en su contra. Además, Uribe es dueño de la mayoría del electorado del país. A través de su política de acabar con la guerrilla, el actual senador se ganó al país. La gente le perdona a Álvaro Uribe todos sus pecados por alguna de estas dos razones: Desconocimiento e ignorancia, o porque todo lo hizo para combatir a la guerrilla.
Lo cierto es que, en mi opinión, el uribismo sintetiza toda esta enfermedad de la cual les hablé arriba: Su electorado está compuesto, en un gran porcentaje, por gente a la que no le importa la corrupción, personas que no han tenido la oportunidad de acceder a la educación y por ende no se informan, y por público que le da poco valor a la vida: Celebraron a rabiar cada "baja" propinada por el ejército de Uribe hacia la guerrilla durante su período presidencial. El resultado es que Álvaro Uribe, sin nombre propio, sigue siendo el presidente de Colombia a través de Iván Duque. Y bien, mejor no menciono los terribles descalabros del gobierno de Duque en sus cortos 3 meses de mandato, pues este post se haría irremediablemente largo.
En conclusión, Colombia está enferma y muchos (como 10 millones de colombianos) no lo saben.
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