Bajas las escaleras automáticas luego de comerte esa deliciosa pizza, tu auto está estacionado y debes pagar el estacionamiento. En la puerta te espera una máquina a la que debes dar el pago. La chica o el chico sonriente, o en ocasiones mal encarados, van pasando a la historia, un hecho que puede comprobarse en la medida que vemos más maquinas como estas en las salidas de cualquier lugar. Las computadoras, nacieron con la finalidad de facilitar la vida de los seres humanos y va el reconocimiento a ellas de cómo lo han hecho; pero ¿Pueden estas suplantar los valores como la empatía y el amor?
Así como ya no le entregamos nuestro pago a un persona de carne y hueso, ahora hemos convertido las visitas en las puertas de las casas en grupos redes sociales, las llamadas de preocupación en “me gusta(likes)” y las presentaciones formales con aquel estrechón de manos casi son fotografiadas con los dinosaurios. Ahora basta con segur a alguien, revisar un poco de su biografía y creerte el íntimo amigo de esa persona. Pero es una realidad que aunque extraña y a la que debemos adaptarnos, aún no deja de lado la empatía y los valoreS fundamentales de convivencia - aunque haya cambiado un poco las maneras-.
Es de gente cortés, devolver un buen gesto, felicitar a alguien por una hazaña impresionante, halagar a la persona que nos gusta, entre otras costumbres que nos caracterizan como sociedad, y aunque han cambiado muchas cosas, nos emocionamos de igual manera con que la persona que nos interesa nos manifieste virtualmente que le gustó nuestra publicación, o que nos comente en la foto donde creemos no obtuvimos nuestro mejor perfil. ¿Qué ocurriría si supiéramos por un momento, que esos “Me gusta” y “comentarios” No vinieron de la persona que nos interesa, mientras de tus ojos brotaban corazones creyendo que estaba muy interesada en tus publicaciones, resulta y acontece que esa persona dormía y era un “Bot” quien lo hacía.
Un Bot, para los que no saben quiénes son estos amiguitos, son aplicaciones informáticas que se encargan de ejecutar tareas en cierto y determinado momento, lo curioso del asunto es que intentan sustituir la empatía y el amor. Imaginemos por un momento si la vida funcionara al estilo “Bot”. Algunos ejemplos:
1. Llega aquel niño cansado de la escuela y no lo recibe su madre o su padre con los brazos abiertos, en lugar de ello, lo recibe “Robotina” diciéndole: “¡Hola!, soy Robotina, tu madre quiso dormir un rato y me dejó encargada de darte un abrazo”
2. Llega aquella fiel esposa, cansada de laborar todo el día, y en ese entonces, está “Robotino”, para darle aquellos abrazos y besos con olor a cable, tornillos y circuitos, mientras su esposo duerme y decidió que era más importante dormir, que abrazar a su esposa por instantes.
¡Qué extraño! ¿No es así?
No es el hecho de condenar el uso de bots, sino de apostar y encaminar nuestras redes sociales más hacia la empatía, el amor, la verdadera socialización, y el verdadero respeto por el otro. Nada más valioso que un comentario de alguien de que de verdad se enamoró de tu publicación y regaló un comentario; nada más hermoso, que un “me gusta” o un voto, de alguien que verdalmente sintió que debía retribuirte de alguna manera eso tan bonito que compartiste y que les conmovió el corazón. Redes sociales realistas, humanistas y que pongan al humano por encima de cualquier situación.
No debemos convertir nunca nuestros espacios virtuales en espacios plásticos, vacíos, llenos de votos sin corazón y de comentarios de “personas” que al final no están, no son fieles a nuestro esfuerzo, a nuestro talento y a lo que aportamos. No seamos aquellos que duermen y dejan a “Robotina” actuando, seamos aquellos que actúan y dejamos marca en cada ser humano, con un buen gesto, con amabilidad, haciéndonos sentir de verdad y entrelazando lazos de sentimientos sinceros que emana el corazón. Un “bot” nunca podrá reemplazar un gesto sincero, de aprobación. Aún cuando puedan servir de mucho, nada que no sea de carne y hueso, podrá reemplazar el verdadero amor por los otros, ni podrá crear una sincera y transparente empatía. El amor no se puede fingir, no puede fingirse ser apreciado, ni tampoco puede fingirse apreciar a los demás
¡Seamos promotores de la verdadera empatía!
Me encanto!!!