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Continuación...
Jesús logra conciliar el sueño muy tarde, ya entrada la madrugada, y despierta con el calendario en su pecho, su esposa le pregunta el porqué de su desvelo, pero él no le contesta, aunque por dentro ella sabe de qué se trata. El joven en sus súplicas le ha pedido a Dios que le de esa señal que necesita para tomar el camino correcto, y comienza de nuevo el calvario de la indecisión, mientras camina a la escuela con sus hijas, va pensando seriamente en irse del país.
El amor por su familia, su entorno y sus costumbres lo llevan a irritarse de solo pensar que tiene que comenzar de nuevo en un lugar distinto y distante, lejos del suelo que lo vio nacer, desvaneciéndose todos sus proyectos de vida, ya más o menos calculados.
Al llegar al colegio ve algo distinto, niños y representantes aglomerados en la entrada se miran desconcertados, y solo a pasos, logra leer un cartel que explica que varias secciones se han quedado sin maestros, debido a renuncias masivas de educadores que no les alcanza el salario que devengan, esto era lo que faltaba, algo tan primordial como la educación de sus niñas, está ahora en un vilo.
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El hombre regresa a casa a dejar a Elena y a María, quien por ser la mayor, le pregunta a su padre, el por qué no hubo clases, pero el hombre se queda mudo. Al llegar encuentran a una Sofía descompensada, demacrada y sin fuerzas, sufre los pesares de la enfermedad, aunque el solo mirar a su familia de vuelta, sin esperarlo la anima nuevamente.
Los esposos agarrados de las manos, comienzan a darse fuerza mutuamente para hablar sobre sobre su destino, la separación temporal de Jesús y su familia parece inminente, el cálculo de tiempo, recursos y países parecen ser su nueva tarea. El corazón se achica, pero la mente les da fuerzas, y un espíritu de lucha irreconocible le entra a Jesús por los pies.
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Comienza la cuenta regresiva, ya con destino, fecha y planes, la familia casi que a escondidas, comienza a prepararse para lo que viene. Las miradas entre Jesús y Sofía son cada vez más cómplices ante las niñas, a quienes no han tenido el valor suficiente para explicarles el paso que acaban de dar.
-La imaginación de Jesús Pérez vuela alto, se mira triunfante, pero al mismo tiempo siente ese horrible miedo que da la incertidumbre de lo que pueda pasar, se sonríe como dándose fuerzas y fluye en él la adrenalina de un padre de familia en pleno funcionamiento, cual león protegiendo a su manada en peligro.
Los recursos de Jesús son pocos, el vender algunos electrodomésticos y reemplazar su uso por métodos antiguos, es su primera opción, es un atraso, pero lo debe hacer, comienza a subastar en línea todo lo que puede, mientras Sofía le insiste en que ella puede ayudar vendiendo helados en la puerta de su casa, ya que por su condición no puede salir a la calle.
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Al cabo de 15 días han cambiado de planes 2 veces. La falta de celeridad en los trámites de pasaporte, documentos y demás requerimientos protocolares, interrumpen los deseos de llevar a cabo su cometido. Mientras tanto siguen sufriendo las penurias de la crisis económica, la falta de alimentos, medicinas y empleo, mermando aún más sus fuerzas que solo se reducen a seguirlo intentando.
A Jesús ya lo han estafado antes, y no quiere que vuelva a pasar, les da dolor gastar el poco dinero que tienen en papeleo y han descompletado la plata de viaje varias veces para comprar comida, por eso venden los anillos de compromiso, sus únicas prendas de valor, para poder pagar un gestor responsable que los ayude a agilizar la salida del país del joven, que por ayuda de las amistades que ya emigraron, adelanta posibles trabajos peculiares inimaginables, aunque para él solo importa la estabilidad en ingresos que vaya a tener afuera para enviárselas a su familia.
Llegó la hora, las niñas enteradas de que su padre se alejara por un tiempo, supuestamente por cuestiones de trabajo, sufren la separación dolorosa. Jesús casi se arrepiente al saber que la hermana de Sofía, su cuñada Marisol, aún no podrá venir a la capital a cuidar de su esposa y a las niñas, mientras él se va a probar suerte, ya tiene todo listo y no quiere perder el esfuerzo.
Continuará...
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La triste realidad. Familias fragmentadas ante la incertidumbre de vivir en su propia tierra. Que Dios nos proteja!
Asi es amiga @yaleal, una triste historia verdadera, gracias por leer y comentar!
Dios mio lo mas triste de mi país.
Lamentablemente es asi amigo @stop40, saludos!
Estaba esperando esta segunda parte, no pega una el pobre Jesús, pero ahí va, buscando el futuro. Nosotros a esperar por la tercera parte de la saga. Saludos amigo Juan.
Epa amigo @panchocroquer, que bueno verte por aquí de nuevo, si hermano es la trama que se va llevando todo lo crudo de las penurias humanas en las que vivimos, y lo peor es que creo existen en la realidad hechos aún peores, nos vemos en la tercera y última parte, un abrazo!
Estoy a la espera de la 3era parte, quiero saber que pasará con Sofía, su condición, su hermana que no llega, sus hijas, que pasará en la vida de ésta familia.
Hola amiga @alanasteemit, con gusto te invito a leer la tercera y última parte de esta historia tan lamentable y cotidiana, esperando pronto contar historias diferentes, gracias por leerme, nos vemos!
Con gusto!
Tus palabras tienen una gran carga emocional, o tal vez es por mi propia subjetividad creada por la vivencia de estas experiencias, no lo sé, solo se que tu escrito esta muy bien hecho y, me gusto, saludos!
Un placer que te haya gustado también esta segunda parte @julioccorderoc , nos vemos en la tercera y ultima parte, te invito al desenlace, gracias por el apoyo, saludos!
Conmovedor. Te felicito amigo, has relatado la historia de cualquier padre de familia venezolano, detallando desde lo más básico hasta lo más complejo que se pueda vivir en una situación así. Esperaré la próxima parte.
Asi es @andreamsulba, gracias por tus palabras, lamentablemente es nuestra situación, nos vemos en la tercera parte claro que si, saludos!