Y la moraleja de la historia es que no recuerdas lo que pasó. Lo que recuerdas se convierte en los que pasó. —El Teorema de Katherine.
Yo pedía historias de las vivencias antiguas. Me sentía necesitada de saber sobre su huida. Venías de tan lejos a este lugar, dejando a tu madre y tus hermanos, por un mejor sueño en un carrito de leche. Eran duros esos días, me comentaste, pero siempre esa sonrisa mantuviste paseándote por las calles vendiendo tal producto.
En las noches ir a bailar pues ser joven y guapo no pasaría de moda mucho menos si te ibas a encontrar con ella, la china, mi abuela. Una historia de amor que comenzaba con antiguos piropos que no me sé porque ahora todo es high tech pero que funcionaron como para darle paso al nacimiento de tres retoños continuos: Flor, Juan Manuel y Leticia. Mis tíos y la que sería mi madre dieciocho años después.
Ya le dediqué algo a mi abuela, a la que perdimos... Pero ahora quiero hablarte a ti aunque quizás no me leas pero no quiero que se haga tarde, no se cuando será el momento que elija el tiempo de llevarte solo sé que por siempre te quiero aquí.
Recuerdo que de niña habladora y un poco más pila que ahora, decidiste enseñarme cosas como los números en inglés y de más grande ciertas palabras en portugués, pero ¡por la madre de Dios! yo quería saber cosas de tu tierra, de tu isla en el archipiélago, Tenerife. Quería que me contaras sobre La Perdoma y el Teide pero qué díficil era sacarte aquello. Igual me quedaba contigo porque a pesar de lo gruñón que eres, yo era tu favorita y conmigo no eras así, todos se sorprendían.
—Eres lo más bello de esta casa, mi reina, la más bonita de mis nietas y la que más quiero.
—Abuelo, por favor, cómo vas a decir eso aquí en frente de todos.
—Bueno y qué me importa, si es la verdad, papá.
Quién diría que me haría tanta falta vivir contigo desde que mudé de tu casa por tristes razones. Cada vez que te veo me dices cuánto me extrañas incluso te hacen falta las peleas para que no me tarde en el baño o cuando no veías en la nevera tus manzanas. Sé que te acuerdas de los helados ja, ja, ja.
Nunca te he preguntando porqué me dices "papá" a todas nos dices así, son cosas que aquí en Venezuela no entendemos, a pesar de que aquí todos somos maricos (en buen sentido porque no hay mal sentido) y en España todos son tíos. Pero soy "papá" para ti, eso es confusamente lindo.
No te digo papá porque eres mi abuelo y no me gusta eso, aunque se lo respeto a quien si le guste, pero si siendo mi abuelo eres tan cálido y bueno, no me quiero imaginar si hubieses sido mi papá. Mi abuelo no necesita ser mi padre para ser mi héroe, como el héroe de todas las niñas es su papá en mi caso el mío es abuelo y para él yo si soy "papá".
No puedes caminar bien pero conmigo quieres bailar y así es que debo verte aunque estés viejito te quiero alegre, te quiero porque sí.
Que hermosa historia, @juleskajimenez . Los abuelos deberían ser eternos, Dios bendiga al tuyo. Lindas vivencias contadas con mucho sentimiento, el de una chica dulce y transparente, como te ves tú. Un abrazo y mi voto.
¡Gracias! Siempre me dices cosas maravillosas. Saludos.
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STOP
Hermoso ver lo que escribes de tu abuelo, mi padre!. siempre recuerdo que cuando lloraba en la tumba de mi madre me decía muy seguido... (ya papá ya papá no llores, calma, ya madre esta en cielo).. es así como siempre consuela llamando a una papá...