La respuesta a la pregunta planteada creo que es evidente: no, no estamos preparados, ¿pero cuando sí lo hemos estado? Muchas personas aún viven de empleos que pudieran ser reemplazados con el uso de máquinas/robot que hagan uso de la inteligencia artificial. Pero nada de eso debiera mortificarnos, puesto que es algo a lo que nos hemos enfrentado ya bastante en el pasado ¿O acaso las computadoras no desplazaron en su tiempo a muchas personas en sus puestos de trabajo, por ejemplo? Toda tecnología adquiere relevancia porque optimiza algún proceso desde el punto de vista económico, operativo o porque permite llegar a realizar tareas de un modo que antes no era posible. Muchas de dichas tecnologías han aparecido sin que las personas estuvieran previamente preparadas para su llegada. Si bien en la actualidad estamos siendo testigos de cambios a una velocidad sin precedentes, no hay que olvidar que el motor de dichos cambios proviene de la inventiva humana, aún las máquinas no son tan inteligentes como para ser capaces de ser autónomas en los procesos de su creación. En ese sentido, siempre habrá posibilidades para quienes se interesen por los nuevos desarrollos, los abracen y no huyan a los retos con actitudes que pretendan retrasar lo inevitable e impedir que la revolución industrial actúe con su poder renovador. Se trata de ver oportunidades donde otros ven escasez de ellas. Se trata de asumir el reto que platea el futuro y el progreso, y no aferrarse por miedo a perspectivas catastróficas que retrasen nuestra adaptación y posterior superación de la crisis. Ese es el mayor desafío que se nos presenta y que, queramos o no, ya está frente a nosotros con la inteligencia artificial sepamos aprovecharlo.