Me quedo observándola mientras estoy despierto, muchas veces he visto como el agua inunda sus ojos y recorre sus mejillas, me pregunto ¿Por qué?
La luna anterior mientras cazaba la escuché quejarse ¿Estará herida?
Parece que su pecho duele.
Entre mis árboles encontré un lugar cerca de ella… dormiré allí, quizás pueda ayudarla.
Desperté y estaba observándome, me mira con curiosidad así como yo a ella, extiende su mano llamándome y sin darme cuenta estoy a su lado.
Las lunas siguen llegando, así como las heridas que no veo, el llanto que no puedo detener y las llamadas que no puedo rechazar.
Selene brilla con fulgor y el viento susurra, no escucho dolor
me llama nuevamente pero algo es distinto, es una sonrisa
desde hace mucho no sentía esto, alegría.
Las lunas siguen pasando, las heridas cesaron y no hay llanto
espero por ella, espero que me llame y verla sonreír
pero no está, el invierno ha llegado y quizás se fue buscando calor.
No sé cuánto ha pasado y ya he dejado de esperar, pero escuché su voz
justo al lado de mi árbol, me mira sonriendo y extiende sus brazos
ha vuelto, esta vez sin llorar, solo su pecho resuena.
Una noche más, fría como muchas otras, tranquila a los ojos de los que no buscan; silenciosa a los oídos de quienes están absortos.