Sin contar con el profundo dolor que vivimos las madres al tener que despedir a nuestros hijos a rumbos desconocidos solo con la esperanza de que estén sanos y consigan un mejor futuro, acostumbrarse a verlos a traveés de un teléfono guardando abrazos y aguantando lágrimas. Es un profundo dolor vivir esta situación.
Así es mi Karla... :(