"Muchos desde afuera -y algunos desde dentro- que me instaban a marchar desde diferentes medios sociales. Quienes me conocen y/o me leen saben lo mucho que amo a Venezuela y que mi idea de lucha era diferente: era por y para mí país; porque un país se reconstruye desde los cimientos, desde la juventud y saben que yo "jamás me iría, porque planisferio debe ser el biblocafé más grande de América y comenzar desde mi tierra, desde mi patiadero, desde mi Puerto Ordaz" y "viajar, educar y leer" eran las tres únicas cosas que quería hacer de -y en- mi vida. Pero mire, señor, yo perdí la fe en este país, perdí la fe en mí país porque el "sólo me ha dado patadas en el trasero". Esto no cambiará cuando el chavismo salga del poder, no; porque yo no creo en esta oposición. Hay que ser realistas y estar consciente de que pasarán millones de lunas para que vuelva a ser lo que era (con la abundancia que recuerdo en mi infancia)... y yo, simplemente, no planeo vivir tanto. Este gobierno me ha quitado algo que nunca volveré a tener: juventud y tiempo. Los veintes para acumular experiencias. Porque jamás ha sido tan difícil ser joven en Venezuela; casi treinta años (a trece días de cumplir 27 años) y no tengo ni un cuarto de lo que mis ascendientes y parientes tuvieron a mi edad. Esto no es vida. Venezuela, te amo, pero aquí ya hace mucho tiempo se dejó de vivir, sólo se sobrevive y se espera a diario no estar en las cifras.
- 1 de septiembre de 2016."
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Eso lo escribí en Facebook hace exactamente un par de años, hoy mr apareció en One Day..., y hasta el día de hoy no ha cambiado mi manera de pensar. Lo escribí, cuando vi esa caricatura de EDO "Los Guerreros del Teclado".