El 19 de diciembre de 1982 sufrí quemaduras de 1ro, 2do y 3er grado en el 25% de mi cuerpo. Por suerte fueron solo las extremidades y una pequeña parte de la espalda. Salvada por mi amigo, quien me empujó por un barranco para evitar que siguiera expuesta a la onda expansiva de la explosión del tanque de petróleo de la planta termoeléctrica Tacoa, ubicada en La Guaira; quedé varada en medio de una pendiente a tan solo metro y medio de donde él se encontraba.
Lo veía cerca de mí pero me costaba tanto moverme que no pude alcanzarlo, no entendía que tenía y quería llorar, pero no me salían lágrimas. Me ardía todo el cuerpo a pesar de que sentí, al rodar por la tierra seca, un alivio ya que la tierra estaba más fresca que yo y eso me confortó un poco.
Miré mi cuerpo porque me dolía todo pero no encontraba nada anormal de no ser por la tierra adherida a mi piel, además de las púas de los cactus y cujíes que se enterraron en mis piernas y glúteos. Mi amigo gritaba que le dolía todo y me llamaba para que caminara hacia él. De pronto se apretó con ambas manos el muslo que era lo que más le molestaba y su piel se cayó quedando colgada en sus manos. Suena impresionante pero no causa más dolor que el que ya tienes, se trata de piel quemada y debe ser removida, por supuesto que no de esa manera, pero finalmente es piel muerta.
De la nada aparecieron unos bomberos e intenté caminar para reunirme con ellos y uno me dijo: Qué haces caminando, quédate tranquila que estás toda quemada. Me miré de nuevo y no observé nada en mi piel. No veía pero sí sentía un dolor casi inaguantable. Los rescatistas me informaron que debíamos esperar a que enviaran un helicóptero para sacarnos de la montaña pero el incendio había causado tanto destrozo que finalmente optaron por bajarme cargada, por turnos, sobre sus hombros.
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Una vez en hombros recuerdo que me alternaron un par de veces y pronto dejé de sentir dolor, de hecho me sentía muy bien. Estaba en paz, tranquila aunque un poco cansada, mantuve los ojos cerrados y me dejé dormir... me dejé. No tenía noción del tiempo transcurrido pero escuche a lo lejos la voz de mi abuelo que me llamaba. La verdad no quería ni responder pero lo escuchaba tan angustiado que decidí abrir los ojos para decirle que estaba bien y que se quedara tranquilo.
Allí comenzó lo extraño, no podía abrir los ojos. Luego decidí mover un brazo pero tampoco pude y fue entonces cuando me di cuenta que mi pensamiento estaba desconectado con mi cuerpo. Traté de ver dónde me encontraba, pero con los ojos cerrados ya que no podía abrirlos, escuchaba a mi abuelo cada vez más angustiado pero a lo lejos, como si en el medio hubiese ruido de estática, de interferencia.
Esta es mi una síntesis descriptiva de lo que experimenté. Me encontraba en un espacio, una especie de dimensión paralela donde nada te molestaba y flotabas. Era yo pero sin cuerpo (es sentir tu yo, pensar pero sin cuerpo) Era extrañamente delicioso saberte tú pero sin el vínculo al cuerpo. Sin embargo, ante el llamado de mi abuelo preocupé incorporarme para darle señales de que estaba bien. No sé cuál fue la razón de mi elección pero concentré todo mi esfuerzo en mover el dedo anular de mi mano derecha.
Era como tratar de despertar de una pesadilla pero sin lograrlo, como pujar para que el dedo se moviera pero nada sucedía. Cuando comencé a sentir que lo lograría tuve la percepción de que me desplazaba dentro de un túnel, cada vez a más velocidad, sentí vértigo, me dio miedo. Al final de ese túnel había más luz, una luz como natural, como un paisaje al final, y al llegar... golpe contra la realidad. No solo regresé al cuerpo sino que todas las dolencias de él regresaron a mí. Otra vez el insoportable dolor!
Abrí los ojos y le dije a mi abuelo que estaba bien. Los bomberos me explicaron que había entrado en coma y que acababa de salir, me pidieron que no me durmiera de nuevo. Estuvieron conmigo en el camino de ida al hospital donde me pusieron de inmediato suero y me asistieron. Luego de limpiar las heridas y trasladarme a Caracas para recibir el tratamiento necesario, me indujeron una cura de sueño por tres días.
Dios!!! Tremendo, lo que tuviste fue una ECM, una experiencia cercana a la muerte, saliendo tu ser consciente fuera del cuerpo, el tunel de luz y el regreso por él a conectarte con tu cuerpo físico. Me alegro de que todo saliera bien, que angustia estar en tu situación. Además eras una niña, como comentaste en el post anterior y como apareces en la foto. Bueno regresaste para seguir experimentando la vida material, me alegro, porque el otro plano de existencia, lo tenemos asegurado tarde o temprano.
Seguro que te marcó la vida, aunque al ser tan joven... me refiero a que no es lo mismo tener una ECM con 30 o 40 años, que has vivido más y puedes cotejar el antes y el después de la experiencia.
Muy interesante y emotivo. Repito que me alegro de que estés aquí contándolo.
Saludos!!!
Toda la razón no es lo mismo tener esa experienia cuando uno tiene tanta vida y ganas de conocer. Estoy segura a que ese estado mental y también la condición física hizo que saliera más rápido de todo. Y realmnte aprecie estar aquí contándolo. Gracias por tu omentario
@keko Muchas gracias por compartir tu historia.
Me has dejado anonadada.
Gracias por leerla!
Me alegro de que salieras de aquello para contarlo.
Debías de ser una mujer fuerte ya de niña, porque la imagen refleja muy bien la crudeza de la situación que viviste y que superaste.
Así fue. Ma ayudó a formar caracter. Apreciar más la vida y a las personas.