Entre la izquierda y la derecha, la libertad es el camino.
Con el objetivo de resaltar la responsabilidad que tienen los individuos de sus decisiones y acciones. Tanto individual como colectivamente.
Realmente no espero que en el contexto social encontremos unanimidad, pero si un buen nivel de consenso acerca de lo que describiré en adelante.
Considerando el gobierno como entidad similar a una empresa tradicional, y bajo la institucionalidad que hemos creado en los países democráticos. Aunque el nuestro, Venezuela, ya no lo sea.
Considerando las similitudes que podemos encontrar en las acciones que realizan los individuos que en ellas se encuentran, refiriéndome a la empresa y el gobierno, por ejemplo, en una empresa el dueño o los dueños confían su administración a un tercero (gerentes, administradores, directivos), el cual mantienen mediante un contrato de mutuo acuerdo, y del cual pueden prescindir en cualquier momento que se desee de acuerdo con lo establecido en él y si no cumple con las exigencias o expectativas deseadas por los dueños. En el caso de la entidad gubernamental de un país, son los miembros de este último quienes designan al dueño, o, mejor dicho, encargado de la jefatura y selección de quienes deberán administrar los recursos de la nación (Presidente, gobernadores, diputados), el contrato es representado por la constitución y sus leyes derivadas, el cual a su vez incluye los mecanismos para poder destituir al representante de gobierno, y cuando este último se resiste a las demandas por vías ilícitas, es responsabilidad de los ciudadanos de la nación emprender acciones que generalmente no se encuentran explicitas en la ley y que pueden ser consideradas poco ortodoxas, e incluso, ilegales también. Es nuestro caso, es Venezuela, pero no por esto dejan de ser necesarias para recuperar nuestra libertad y valores asociados.
Sé que no estaría demás abordar las cuestiones por la que se hace necesario recurrir a prácticas poco amigables, pero las condiciones actuales lo exigen, y como se ha visto ya muchas de estas prácticas ya se han llevado a cabo, aunque sin el apoyo de la cantidad mínima necesaria de personas para sobreponerse al adversario y recuperar lo que nos han quitado, muchos creen que es que esto no funciona, y la mayoría de estos lo dicen desde las gradas…
Se acercan nuevas oportunidades que no deben ser desaprovechadas, el objetivo debe esclarecerse y ser promovido, las acciones no deben ser criticadas y, cuando menos, ser alentadas con palabras. Avivando el espíritu de lucha, la llama que necesita ese soplo para hacerse llamarada. Aunque muchos insistan en apagarla desde su ignorada resignación.
Díganme ustedes, si no es con un golpe más fuerte como se detiene a los golpistas, ¿Cómo es?…
Ante todo, es un punto de vista, el mío.
Kevin Chávez Castillo
