«Ya veo… pero, ¿no votaste en las últimas elecciones? ¿No estás de acuerdo con todo ello?»
Sí…
«Entonces, ¿de qué te quejas?»
Si peleo, puedo perder lo poco que tengo.
«Lo poco que “tus líderes” te permiten tener…»
Ese fragmento me recordó a la excusa de muchos enchufados y conformistas en Venezuela, que temen la caída del gobierno porque se quedarían sin sus cajas CLAP, sin sus bonos por poseer un mísero carnet "de la patria" y sin la oportunidad de cobrar de más a otras personas por agilizar o simplemente no entorpecer lo que es su trabajo en primer lugar (en el caso de los servidores públicos).
El conformismo y el miedo son dos estados que se arraigaron bien fuerte en nuestras sociedades. Un saludo.
Gran verdad mi estimado amigo. Saludos
En especial el conformismo..lo vio día a día en mi país..sonriendo pero lo vivo