Imposible!!!!

¡Ah, Señor mi Dios! Tú con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible. Muestras tu fiel amor a multitudes de generaciones… ¡Oh Dios grande y fuerte, tu nombre es el Señor Todopoderoso! Jeremías 32:17-18

Fuente

No sé cuantos de uds. han tenido la oportunidad de leer en la Biblia la historia de la viuda que se encontraba angustiada y desesperada porque los acreedores de las deudas de su esposo la estaban presionando para pagarlas, o que en su lugar entregara a sus hijos como parte del pago.

Si eres madre o padre amante de tus hijos, la segunda opción quedaría totalmente descartada y buscarías las mil y una formas de pagar las deudas. Pues esta madre se encontraba desesperada buscando los recursos para pagar las deudas dejadas por su difunto esposo para poder proteger a sus hijos.

Dios nunca deja a sus hijos fieles abandonados y los acompaña y muestra cada día su fidelidad. En este caso se mostró de forma grandiosa. La viuda se acerco al profeta Eliseo y le presento su caso, el profeta le pregunto ¿Qué tienes en casa? Ella le respondió, un poco de aceite.

Dios permite que ocurran algunas circunstancias en nuestras vidas para que su poder pueda ser manifestado, no como acto de magia, sino a través de la unión de la fe del creyente con el poder divino. Esta mujer estaba segura que Dios la ayudaría a salir del aprieto en el que se encontraba.

Muchas veces como la viuda pedimos cosas a Dios que a nuestra vista parecen imposibles, en algunas ocasiones Dios nos usa a nosotros mismo para solventar esas situaciones, tal como fue el caso de la viuda, cuando habló con el profeta jamás imagino que lo que tenía en casa sólo un poco de aceite era lo que la iba a ayudar a salir del problema.
Un poco de aceite y una fe inquebrantable de una madre angustiada conmovieron el corazón de Dios, y se produjo el milagro.

Hoy estamos pasando en nuestro país una situación muy terrible, mucha gente en la calle pasando hambre, me siento muy impotente al ver esa situación y no tener suficiente para ayudar.

Les conté la semana pasada que en la Iglesia a la que yo asisto se está llevando a cabo un servicio social de dar comida a las personas en condición de indigencia. Se comenzó con 50 personas y ya van por 250 personas entre ellos muchos niños. He estado colaborando con ofrendas, pero creo que no es suficiente, por eso vengo ante Dios con mi poquito de aceite para que lo multiplique y sean más las personas beneficiadas.

Estaré realizando una meditación semanal que estará dedicada a esta causa, todo lo que este artículo produzca en ganancia será donado por completo al servicio social que se está realizando en la Iglesia llamado “AMOR AL PROJIMO”.

Estas son las personas las cuales se están ayudando.