No sé, no sé en qué momento todo se cayó, cuando nos caímos nosotros, no sé cómo. Fue un temblor que nunca sentí, fue en un abrir y cerrar de ojos, ¡no lo vi! ¿si? ¡perdóname!
Simplemente fui olvidando, fui cediendo, me dejé llevar por esos olvidos, me dejé derrumbar, y de verdad lo siento.
No creo que puedas entenderme, pero no es mi culpa, no lo manejo yo, simplemente lo olvidé, olvidé lo que eras para mí, olvidé tu aroma cuando abría los ojos y me envolvías en tus brazos, precisamente, olvidé que me envolvías en tus brazos, olvidé lo feliz que era contigo, olvidé a mi familia, simplemente eso, olvidé.
Si hubiese podido evitarlo, lo hubiese hecho, lo juro y desearía estár contigo para decírtelo. Olvidé lo que era la muerte y que estaba a punto de alcanzarla.
Recordé, sólo recordé minutos antes de mi partida, te recordé a ti, con tu sonrisa, a nosotros, amándonos, recordé a mi familia... Luego los recordé juntos, conmigo. En uno de los recuerdos, el último quizás, te vi a ti y te escuché: ¡No me puedes olvidar, dijiste que nunca lo harías! ¡Te amo, por favor, recuérdame! Y vi lágrimas, empezaron a salir las mías y cuando volví a la realidad, vi a doctores, enfermeras, ayudándome, ¿qué pasaba? Recordé; tenía 93 años y había llegado mi momento, sólo quería decirte que si te recordaba, a ti, a mi familia, quería decirles lo mucho que los amaba, y que no me olvidaran ahora a mí, que me perdonaran, pero el temblor me llevó y caí, nada más.
¡Hola amigos! Quería compartirles uno de mis cuentos cortos, ¡espero que les haya gustado! :)
Ay Mari me vas a hacer llorar!!!! qué conmovedor vale!!!! sabes expresar muy bien los sentimientos.