Hoy ha sido un día de esos que da sentido a la existencia, que te ayuda a entenderlo todo, a dimensionarlo y a comprender la capacidad del humano para evolucionar y que es su sino el hacerlo, porque está en su naturaleza y es lo que nos ha situado en la cúspide de la creación. Suena magnificente, pero me explico, todo tiene un sentido.
Esta mañana, he despertado a las cinco y cuarenta y cinco, me he dado cuenta que no iba a dormir más, no estaba cansado y además en la tarde, había echado una siesta apocalíptica de estas que te quedas pegado al sofá. Me levanté, me puse los cascos, un buen disco, en este caso, un clásico, kind of blue de Miles Davis , el café y empecé a ponerme al día de todo la actualidad.
En las criptomonedas, pues estamos en un buen momento, subidas, supongo que se mantendrá toda la primera quincena, es difícil percibir un patrón, pero lo importante, es estar en el ajo, no perder puntá que se dice aquí en el sur. Y me puse, de nuevo me puse en el libro que me está comiendo la cabeza, pero que sé que es necesario que me imbuya en sus páginas.
Ya a las siete de la mañana, empiezo la rutina normal, café, pomelo, papilla deliciosa de desayuno, correos, la música que me ha llevado hasta este momento, ha sido A love supreme de Coltrane, otro clásico, me gusta la calidad a estas horas intempestivas de la mañana. Después ya con el trabajo de menudeo, el pica piedra de comer todos los días, han caído los discos nuevos de Motoreta Burrito Cachimba y Califato 3/4.
Esos dos discos, van a sonar de forma renuente en mis días a días. A las doce, ya estaba agobiado, un poco de ansiedad, me he cambiado iluso de mi para ir a la playa, no ha podido ser, venía mucho aire, frío y tenía una congoja que me agarraba el pecho y me infundía miedo. He comprado cuatro cosas en el supermercado, y zumbando para la casa.
He llamado a una posible futura clienta que tenía pendiente, lo ha cogido un tipo, el tipo ha sido un poco desagradable, la situación cuanto menos rocambolesca, me he sentido mal, como si estuviera haciendo algo malo, ya lo que quedaba para terminar de cernir los negros augurios sobre mi cabeza, me he tomado un vermú con fresas, algo es algo, aunque me ha dado un dolor de cabeza que lo flipas.
Luego he preparado la comida, sin música ni nada, ya no estaba de humor, la noche negra se abatió sobre mi alma, pero he sacado fuerzas en homenaje a las viandas, y he preparado el pollo kun pao que merecía el almuerzo, de postres las fresas con crema semidesnatada de queso, una maravilla. Luego la siesta, que ha sido otra vez provechosa, pero esta vez he despertado muy bien y ha dado paso a una tarde fecunda...