Las energías positivas no existen por sí mismas, ellas son creadas y cocreadas por todos y cada una de las personas que habitan en nuestro espacio. Por eso es tan importante que todas estén conscientes de que el ambiente que se respira es él es responsabilidad de todos y todos deben cuidar que sea sana.
Una atmosfera sana se crea y se sostiene en las actitudes de los miembros de la familia, si existe en cada uno de ellos el propósito de aportar una actitud positiva, serena, comprensiva, y colaborativa frente a los demás, entre todos estarán trabajando en los cimientos de ese ambiente agradable para todos.
Después habrá que sumar otros ingredientes de suma importancia como el amor, el respeto, la comunicación, la comprensión. Lo que sigue es sostener esa actitud hasta que se convierta en un estado sostenido de armonía y definitivamente un estilo de vida que se respira en cada rincón de un hogar al que queramos llegar al final de cada jornada.
Recordemos siempre que una familia, un hogar, no es un grupo de gente viviendo en un espacio. Mucho más que eso, es un grupo de personas que desean compartir sus vidas, tienen objetivos comunes y comparten una visión común de cómo enfrentar y superar las adversidades.