Una casa saludable

En los últimos años se ha usado mucho el término casa inteligente para referirse a aquellas dotadas de recursos tecnológicos que controlan y hacen más eficiente el funcionamiento eléctrico, el consumo del agua y otros recursos de uso doméstico.

Todo ese concepto, entre otras cosas de gran contribución con el ambiente, nos transporta a una visión, por mucho tiempo imaginada, del hogar ideal; pero si de eso se trata, el hogar ideal es realmente un hogar saludable.

Una casa saludable es aquella en la que se cuida la calidad del aire, la calidad del agua, el saneamiento interior y exterior y la disposición de los desechos, entre otros aspectos básicos para garantizar que quienes la habitan y disfrutan, no corren riesgos de salud.

La calidad del aire es un aspecto fundamental en la salud de una casa, y cuando se habla de la calidad del aire no nos referimos a filtros comerciales que recogen las impurezas, sino a la necesidad que en todo nuestro hogar el aire natural circule libremente a través de las ventanas abiertas. Debemos adquirir la costumbre de “airear” frecuentemente la casa y así sanear el aire que respiramos en su interior.

En cuanto a la calidad del agua, es importante la incorporación de filtros naturales que eliminen las impurezas que puede traen el agua que consumimos e incluso que utilizamos para hacernos y preparar los alimentos. Algunos de los más modernos purificadores de agua incluso cuentan con la opción de incorporar ozono al agua que usamos en casa.
Si hablamos del saneamiento general de la casa debemos tener en cuenta, por ejemplo, los materiales que usamos para la limpieza e higiene y asegurarnos de que no contengan componentes químicos dañinos para la salud y escoger aquellos de origen natural.

Otro aspecto sumamente importante es el manejo y disposición de los desechos. Evitar que todo los desechos que se producen en casa permanezcan el menor tiempo posible allí es de vital importancia para mantenerla saludable. Es necesario clasificar la basura por materiales y sacar sobre todo los desechos orgánicos que puedan producir alguna contaminación del ambiente doméstico.

Si acatamos estas sencillas reglas de higiene lograremos tener el hogar que todos queremos y merecemos: una casa saludable que nos protegerá de enfermedades y nos permitirá tener larga vida con calidad y disfrute.