Y así de pronto comienzas a ver las señales (que siempre han estado pero como estaba dormida no las percibí antes), comienzan a derrumbarse viejas creencias, atraemos gente nueva, literatura apropiada, eventos y ocasiones que me dan un avance cada vez mayor.
Crecer en consciencia me da poder y responsabilidad de mi misma y me lleva a buscar más dentro de mí y menos afuera, me vuelvo observadora de tanto lo que veo como lo que siento y pienso y ya no vibro con lo toxico.
La mejor forma de estar despiertos no es precisamente retirarse del mundo e internarse en burbujas o nubes de algodón, más bien es todo lo contrario, vivir dentro del caos y salir ileso de eso y para ello desde mi experiencia la mejor opción es ser observador.
En torno al crecimiento de consciencia existen cualquier cantidad de teorías y realmente yo diría que hasta paradigmas, tanto que hasta me atrevo a decir que la mayoría se convierten en un tema de comercio espiritual y eso desvía el fin.
Realmente cada uno debe ser y hacerse responsable de su vida porque crecer en consciencia no es ser una biblioteca ambulante, ni asistir a charlas o seguir un gurú, adentrarse en alguna organización espiritual, hacer yoga o ser vegetariano, que hasta de moda se ponen, más bien, significa mantenerse despierto y salir airoso de todo lo que implica vivir en nuestro hermoso planeta celeste y con ello alcanzar el equilibrio entre la materia y nuestra esencia.
Más que abrir los ojos crecer en consciencia implica abrir nuestra mente y nuestro corazón. Mirar la realidad y estar dispuestos a derrumbar las creencias antiguas, heredadas sin fundamento y esculpir nuestra propia historia con la plena capacidad de aperturarnos a reconocer que más allá de que “ellos” nos han ocultado la mayoría de las verdades nosotros somos responsables de no cuestionar y decir amén a todo sin siquiera ser curiosos con esas medias verdades.
Así que bueno, crezcamos en consciencia, el sufrimiento viene de la mano de la falta de conocimiento, abriendo nuestra mente, se nutre el alma y se forma el espiritu.