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Nos contaba Natividad Moncada que siendo muy joven siempre estuvo bajo el tormento de una alma en pena que no había logrado el descanso eterno por haber dejado enterrado una tinaja full de morrocotas (monedas antiguas de la época), al pie del fogón en una casa en que el y sus familiares vivían y que antes era del difunto que hacía unos cinco años murió repentinamente.
Hago un alto en mi escritura les diré algo, siempre escribo mucho cuando puedo y hoy mi mesa no deja de moverse y mi monitor de apagar y prender, seguro es que esta temblando o bajare la presión de mis dedos al teclear ...Seguimos.
Natividad Moncada contaba con unos 85 años y de tarde nos contaba el drama que recordaba como ayer y yo les recuerdo hoy.
Yo contaba con unos 8 años de edad y el viejo se mostraba bien seguro de lo que afirmaba, miren aquí está la tinaja donde estaban las monedas, una parte la había gastado y que la otra estaba enterrada en un sitio que ni Narcisa su mujer sabía; pícaramente preguntamos al viejo que como el muerto le entrego las monedas, a lo que el anciano continuaba la narración de aquellos hechos de su infancia:
-Siempre oía que alguien me llamaba por mi nombre
¡Natividad, ando en penas! y esa voz no cesaba, yo siempre escapé a los llamados.
De noche se me acercaba a tal extremo que los de la casa sentían su presencia, yo pasaba la noche con tanto miedo que llegue hasta cambiarme de cuarto; entonces no dejaba dormir a nadie moviendo las vigas, las cumbreras, trasteando en la cocina y dando muestras de estar disgustado conmigo, trataba de introducirse donde yo dormía con mis hermanos.
Fue tanto la insistencia del difunto que ya hasta de día me espiaba, me fui poniendo pálido y sin aliento, hasta que un día me cansé de que me molestara y a la orilla de un caño armándome de un gran valor, le pedí que me dejara en paz, como una sombra en velo blanco pude oír con las mismas palabras, que por espacio de unos 7 meses me había estado llamando, me dijo que debajo del fogón que había en mi casa había algo que era mio, ¡tómalo! lávalo con estas aguas, te bautizas y te mudas lejos del sitio, no comentes a nadie y no duermas solo. Al momento sentí un gran descanso, corrí al sitio aprovechando que la casa estaba sola saqué una botija grande como un taparo que casi ni la podía cargar, la puse detrás de unos ladrillos mientras tapaba el hueco donde la saqué, con asombro en las aguas del caño pude darme cuenta que eran morocotas, monedas muy valiosas de puro oro.
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Conté mas de 90 docenas, volví a la casa, las envolví en un pollero, recogí la hamaca y me fui a vivir a El Tigre." Hago un alto para decirles que escribiendo estas cortas lineas me han pasado algunas cosas, pero bueno debo terminar este relato ".
Conocí a Narcisa Velásquez y con ella me marche al caserío La Mula, me compré unas vaquitas y aquí he vivido todos estos años.
Don Nato como cariñosamente le conocíamos fue un hombre lleno de gran bondad.
También contaba Natividad que en aquellos años de 1940 fue llevado por unos salteadores amarrado para que entregara los reales que tenía de lo contrario sería ahorcado. Inteligentemente el los condujo de regreso a la casa, pidió que le soltaran las manos y le respondió a tiros con su escopeta poniéndolos en fuga.
En el 1964 muere el viejo, Narcisa su mujer cuenta que también su marido dejó plata enterrada en las inmediaciones de su conuco, unos familiares en los últimos días de su muerte lo apartaron de ella para quedarse con la fortuna ya que el la llamaba y ellos no cedieron a sus ruegos entonces el se llevo el secreto a la tumba, 8 años mas tarde también fallece su mujer.
He recorrido el sitio donde eran sus propiedades, el cual siendo niño acompañe a ella y a el y con desagrado vi las excavaciones que muchas personas han hecho en busca de las monedas que el anciano nunca negó de poseerlas, por ello se titula este cuento " los muertos si salen."
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En lo personal a la izquierda de mi computador tengo un mueble al estar escribiendo volteaba, cada rato como 20 veces hacia ese lado las primeras veces me sonreí, pero, luego solo quería terminar de escribir no tengo enterrado nada, de verdad, ¿me creen? ... Mejor a viajar saquen lo que tengan enterrado. Espero que esta saga de cuentos de nuestra cultura los envuelva en una nube de ganas de seguir leyendo de estas cosas que sin duda deben haber pasado.
Me despido
@lisfabian
Me gusto tu relato, lo malo fue que estaba todo muy pegado y no se aprecia bien algunas cosas, pero nada grave, solo mejorar con la presentación y listo!
te dejo un post que te puede servir para eso
https://steemit.com/spanish/@jorguito/guia-definitiva-para-redactar-tus-publicaciones-en-html
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Muchas gracias por su sugerencia, a seguir aprendiendo @dariuska2008, es parte del suspenso "pegarse."(risas).
Que buen relato, me remontaste a una época donde se hablaba mucho de los espantos y los cuentos de sabana. Saludos.
Hola @mariachacon...Gracias por pasar por estos caminos.