Todos tenemos una forma de desahogarnos, algo que nos inspira y nos anima a seguir adelante a pesar de todo lo que nos desalienta en el camino de la búsqueda del amor y las pasiones, yo actualmente las he encontrado: escribir y bailar y combinaré ambos para escribir esta publicación.
Nunca fui una de esas chicas normales a las que les encantaba jugar a las muñecas, maquillarme y ponerme los tacones de mi madre, era más como una nada, no me gustaba nada, no hacia nada y nada me interesaba. Cuando era pequeña, mi mamá me decía que necesitaba hacer algo, lo que sea, el único punto fue hacer productivas aquellas horas después de la escuela, y para ser honesta, no me agradaba esa idea; la opción más viable fue enviarme a clases de ballet, un clásico que incluso resulta cliché. Entrené 4 horas a la semana, un calvario hasta que mi madre entendió que odiaba eso y era una completa perdida de dinero, me salí. Las horas, los días y las semanas pasaban mientras estaba fuera de mis clases, y a pesar de ello, estaba buscando alguna forma de seguir bailando, si lo había odiado tanto, ¿por qué sentía la necesidad de mover los pies?
Siguiente destino: jazz. Estaba emocionada, enamorada, finalmente había encontrado algo que me apasionara. Desde ese momento siguieron el hip hop, el folklórico, contemporáneo, y si se preguntan, sí, nunca he vuelto a pisar una duela de ballet.
Voy a iniciar con una simple pregunta; ¿Por qué la gente baila?
Es una pregunta bastante común que escuché toda mi vida, proveniente de mis parientes, conocidos e incluso extraños después de las presentaciones. Si estás leyendo esto, lo más probable es que estés en esta plataforma porque quieres escribir sobre algo que te gusta, tus pasiones y compartirlo con todo el mundo, es lo mismo cuando bailamos. No importa si eres bueno o malo, lo único que importa es que seas feliz con eso. La danza es la que me ha dado los momentos más especiales de mi vida, me ha permitido conocer gente invaluable, es una forma de expresión y de despejar la mente, una disciplina muy dura, de gran dedicación pero que al final brindará para ti una satisfacción infinita. Cuando me dicen que lo hago bien, soy feliz, me siento más libre y más cómoda, alguien ha notado todo mi esfuerzo.
Uno de los mejores sentimientos para los bailarines es terminar agotados después de una clase de baile, eso significa que hemos llegado a nuestro punto de esfuerzo y que para mí eso es todo. Las limitaciones dependen de cada uno, todos podemos pensar que es nuestro límite, que no podemos hacer esfuerzos o que es imposible mejorar más, eso es una mentira: usted indica sus propios límites.
Lejos de ser un campo único para el alma, es algo que respalda nuestra cultura. Vengo de un México que ha perdido sus raíces, que olvida su pasado y se deja llevar por las modas actuales, a pesar de que van en contra de nuestras tradiciones. El folklore mexicano es algo importante, transmite en un conjunto de música, vestuario y bailarines lo que nuestra cultura significa. Pura poesía para el cuerpo mexicano.
Estoy feliz por lo que hago, me expreso a través del baile.
Me encanta ... Y a ti, ¿te gusta bailar? ¿por qué?