Margaret dentro de un par de semana se casaría con Francisco, un piloto, que se encontraba realizando un vuelo. Ella había asumido que su soltería, que por fin llegaba a su fin. Por eso, removió muchas cosas tanto externas como internas. Un viejo álbum de fotografías la llevó a recordar lo feliz que había sido al lado de su hermana gemela Brigth, la “blue” como solía decirle ella desde niñas. La razón de ese apodo, era que desde el vientre fueron detectadas como varón y hembra, pero una vez que tuvieron parte en este mundo, todos se llevaron la gran sorpresa, “eran dos niñas” iguales, con la única diferencia de que Brigth, tenía los ojos de color azul y Margareth los tenia verdes. Margaret acudió al teléfono celular para llamar a su hermana.
-.Brigith-
-¿otra vez tu Margareth? Te dije que no pienso ir a tu boda-
Brigith era una escritora, pero vivía en otra ciudad, razón por la cual tenían tiempo sin verse. Brigith por lo tanto no conocía a su futuro cuñado Francisco.
-Blue, soy tu única hermana y además gemela. Tienes que estar presente el día de mi boda. Por favor…-
Suplicó Margareth entre lágrimas, conmoviendo el corazón de Brigth.
-por favor, ven, te necesito. Una novia siempre debe llevar algo nuevo, algo prestado, algo viejo y algo azul… solo me falta el azul, así que necesito que me prestes esos lindos ojos-dijo Margareth
-Eres una malcriada; si voy a ir a tu boda hermanita-
-gracias, me harás muy feliz tu presencia, eres el único pariente que me queda en todo el mundo-
Una semana después, Brigith viajó a la cuidad donde vivía Margarteh. Ella llegaría unos días antes para poder conocer mejor a su futuro cuñado; eso era lo planeado pero él no regresaría sino hasta un día antes de la boda, por cuestiones laborales. Así que se verían justo el día de la ceremonia en el altar. Brigith estaba en el aeropuerto y Margareth fue por ella.
-sigues teniendo los ojos más lindos del mundo- fue lo primero que le dijo Margareth.
-sigues siendo la más flaca- contestó con frivolidad Brigith. Luego se unieron en un tierno y conmovedor abrazo. Ambas subieron justas al automóvil de Margareth. Tomaron la avenida principal para ir a la vieja casa de sus padres que pronto seria abandonada por Margareth, pero la emoción tomó el control del auto. Margareth aceleró sin precaución ni medida, se distrajeron en un devenir de preguntas y curiosidades, la música de la radio del auto las distrajo con una canción retro que las llevó a su adolescencia y a tener un terrible accidente.
-una está muerta, una está muerta…- escuchó Brigith al despertar
-hay que identificarla- ordenó alguien. Brigith reaccionó. Con ayuda de todos los que asistían a aquel accidente logró salir de aquel desbaratado auto. A Margareth su hermana, la sacaron hecha pedazos y sin vida. Brigith no lo podía creer. Todo había sucedido muy rápido.
-¿Cómo se llamaba el cadáver?-
-¡Brigith!- Brigith contestó así:- Brigith es la muerta… yo soy Margarteh. Así se llevaron el cuerpo. Desde ahí en adelante todo fue muy muy solitario y amargo. Tuvo que asumir una cremación sola, pues no tenía a más nadie. Desde que ocurrió aquel lamentable hecho, hasta dos días después, Brigith no supo nada de nadie, hasta que una hermosa pelirroja tocó la puerta de la casa de sus padres.
-hasta que por fin te encontramos. Llevamos dos días tratando de localizarte para medirte por última vez el vestido. No sabes lo estresada que esta mamá, se ha peleado muchas veces con Francisco por no poder venir antes para arreglar con calma todo lo de la boda-
Brigith seguía en silencio. Tratando de entender.
-Y obviamente el hecho de que no le contestes ni un mensaje a Francisco lo tiene más que preocupado. Pero dice que seguro andas con tu hermana, ¿por cierto, vino?
-No. Mi hermana no puede venir. Tuvo un accidente-
-cuanto lo siento. ¿Está bien?-
-Brigith, está muerta-
La hermana de Francisco que había ido a visitar a Margareth, estaba helada con la noticia. Pero luego Brigith asumiendo una actitud muy positiva, les hizo entender que no era una noticia transcendental por la cual detenerse. Así logró hacer que todas las cosas marcharan según lo había planeado aquella familia.
-Oye Margareth, ¿desde cuando tienes los ojos azules? ¿Son lentes de contacto?-
-lo son- solo eso alcanzó a decir. Brigith asumió sin pensarlo, la identidad de su hermana. Unos días después estaba caminando por el pasillo de una Iglesia, rodeada de gente que no conocía y a punto de casarse.
- eres la novia más linda del mundo. Siento mucho lo que sucedió con Brigith-
-no es momento para eso, estamos a punto de casarnos-
-me enamora lo fuerte que eres y me encanta el azul de tus ojos. ¿Los llevas así por Brigith?-
-de alguna manera debo hacerla presente…- FIN