Ella toma el sol frente a un enorme parque fuera de una enorme sucursal, mira al cielo como una planta en la mañana, todo el mundo la mira desconcertados y fríos, esta ciudad esta llena de personas de cristal. Su cabello rizado y café hasta la cintura, el cinturón de su vestido estaba un poco torcido y sus lentes transpirados, sus labios tiernamente enrojecidos parecían dos pétalos de rosas, sus pestañas enormes y sus ojos miel. Todo el mundo la veía como si en un mundo de grises llegara naciendo el color frente al sol.
El vestido rosa fue movido por un enorme viento, ella parpado y sonrió sola hacia el cielo, saco de un bolso un abrigo marrón descuidado que sin importar si combinaba o no lo coloco encima de el vestido. Caminaba como si no existiera nadie mas en la acera como si el mundo fuera suyo y todos lo sabían porque la dejaban caminar entre ellos y se apartaban sin siquiera ella pedirlo. Entre la aceras y la calle daba pequeños saltos tal como una niña ya crecida.
Pero todos sabían que ella era rosa de otro rosal. Era el elefante en la sala del que nadie quiere hablar, en esta ciudad de sueños, donde nadie realmente sueña pude ver un rastro de vida en las calles carente de ella. Y si ella solo era un trozo de un enorme pastel que estaba esperando por mi. Que esperaba que me quitara mi traje gris para ponerme colores y salir corriendo libre por el parque con mi perro, quizás es egoísta pero quizás esta persona solo me decía algo a mi. Me decía sin hablar que viviera mi vida a color.
fuente
by Luisiany